Frontera Invisible / ¿Franca madurez o inquietante desconcierto?

AutorSergio Muñoz Bata

En una reciente entrevista con el Washington Post, Sarukhán instó al gobierno estadounidense a aumentar su ayuda y mejorar sus servicios de inteligencia para detener el tráfico ilegal de armas de fuego, dinero lavado y precursores químicos como la efedrina y la pseudoefedrina que se utilizan para producir metanfetaminas, de Estados Unidos a México, ante la mirada indiferente de las autoridades norteamericanas.

No hubo en sus palabras ni asomo del tono antagonista que tan de moda han puesto los seguidores de Hugo Chávez para referirse a las políticas estadounidenses, pero la respuesta del Departamento de Estado descalificando al individuo no se hizo esperar. Es nuevo en el puesto, dijo el vocero con evidente doble intención, y es probable que no haya tenido la oportunidad de leer su manual. Lo cierto es que estamos trabajando en estrecha colaboración con el gobierno de México en este asunto que es de importancia para ambos países.

Que Sarukhán es nuevo en el puesto es indiscutible. Apenas presentó sus cartas credenciales al Presidente estadounidense el 27 de febrero. Pero este es, en realidad, un dato irrelevante. El embajador mexicano es un diplomático de carrera que cuenta con un digno historial.

Además, aunque ciertamente hubo hipérbole, hay mucho de verdad en sus declaraciones. La reducción del papel del aparato militar estadounidense en el combate al narcotráfico ha sido ampliamente documentada por el Departamento de la Defensa, la Marina, el Congreso estadounidense, la DEA, El FBI y el Servicio de Guardacostas.

Tampoco miente Sarukhán cuando acusa a las autoridades norteamericanas de no prestarle la debida atención al tráfico de armas ilegales que cruzan la frontera hacia México y son utilizadas por organizaciones criminales en su comercio ilícito.

Tan sólo en el 2006, las autoridades mexicanas decomisaron casi 100 mil armas utilizadas por narcotraficantes y miembros de otras organizaciones criminales nacionales e internacionales.

Aparte de las armas de alto calibre compradas legalmente en las ferias de la Asociación Nacional del Rifle y que luego son transportadas ilegalmente a México, la procuraduría de justicia ha decomisado armamentos tan sofisticados como lanzacohetes antitanque y lanzagranadas que, fabricados en distintos lugares del mundo, entran a México por la frontera con Estados Unidos.

Y lo mismo se puede decir del tráfico de los precursores químicos que, procedentes de distintas partes del mundo, llegan a Estados Unidos...

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