Francia y las lecciones del abismo

AutorJuan José Bremer

Diplomático y escritor.

Francia enfrenta este domingo una elección determinante para su futuro y el de Europa.

El resultado de la primera vuelta electoral ha sido visto como el claro testimonio de una crisis de los partidos tradicionales, el Socialista y el Conservador, que gobernaron al país desde los comienzos de la Quinta República y, ahora, fueron eliminados por primera vez de la competencia.

Se ha abierto el camino a una opción inédita de posiciones contundentemente opuestas: la de Emmanuel Macron y su joven movimiento "En Marcha" y la de Marine Le Pen con el Frente Nacional.

Macron presenta un programa conservador que busca consensos entre la derecha y la izquierda para liberar la economía y sostiene algunas ideas novedosas en el campo de la educación y la seguridad social.

Mantiene con firmeza los compromisos de Francia con la Unión Europa y el sistema de comercio internacional.

Marine Le Pen sostiene sus posiciones originales: convocar un referéndum para salir de la Unión Europea y endurecer severamente la política de inmigración.

Ella viene nutriendo el programa tradicional de derecha nacionalista del Frente Nacional con todos los agravios acumulados en amplios sectores sociales, particularmente en el agro y en áreas de la industria tradicional.

Ha ampliado así su electorado con los grupos que se sienten excluidos del proyecto europeo y de la globalización económica.

Ante estas dos alternativas, que sumaron en conjunto cerca del 45 por ciento de los votos, queda una mayoría de electores que no se siente plenamente satisfecha o representada.

Macron, con el 24 por ciento y el respaldo de figuras importantes del escenario político francés -el presidente Hollande; los candidatos Fillon, del Partido Conservador; Hamon, del Partido Socialista, así como ex presidentes y primeros ministros-, ha sido visto por los mercados y los analistas como el muy posible ganador en una elección racional entre un mayor y un menor inconveniente.

Sin embargo, nada está definido y el abstencionismo, que en la primera fase de la elección alcanzó el 30 por ciento, favorecería a Le Pen, que cuenta con un núcleo duro de seguidores.

En estos últimos días, Marine Le Pen ha tomado la iniciativa de plantear la competencia final como una elección entre los "socialmente acomodados" y los "socialmente excluidos", entre las clases altas y medias frente a los campesinos, asalariados y clases bajas.

La candidata del Frente Nacional busca obtener con esta estrategia parte...

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