Francis Fukuyama / Latinoamérica entra al círculo

AutorFrancis Fukuyama

El País necesita un líder con un mandato fuerte para continuar su progreso en las reformas económicas y políticas, así que muchos observadores han expresado, con razón, consternación ante los resultados.

Esto llega después de un periodo en el que presidentes de izquierda han llegado al poder en Venezuela, Uruguay, Argentina, Brasil, Ecuador y Bolivia. Contribuye a la idea de que Latinoamérica como un todo ha regresado a un periodo de caos político y a una relación deteriorada con Estados Unidos.

Pero la verdadera historia, que gran parte de los medios de comunicación norteamericanos no ha visto, es mucho más positiva.

Ha habido una gran cantidad de reformas institucionales en la última generación en Latinoamérica, en maneras que mejoran enormemente sus prospectos para una estabilidad democrática y un crecimiento económico. Y en ningún lugar es más cierto esto que en México.

Durante gran parte de la historia del Siglo 20 en México, las elecciones presidenciales mexicanas fueron muy conocidas por su corrupción. El Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó hasta la elección de Vicente Fox en el 2000, manejaba una enorme maquinaria de padrinazgo que con regularidad le pagaba a gente a cambio de su apoyo y rellenaban las urnas.

Un buen ejemplo fueron las elecciones de 1988, que se cree que Carlos Salinas robó a su oponente izquierdista Cuahutémoc Cárdenas.

Todo esto cambió en 1996 cuando el Presidente Ernesto Zedillo, un tecnócrata que surgió como candidato del PRI después de que su principal contendiente fue asesinado, reformó a fondo al Instituto Federal Electoral (IFE), organismo que supervisa las elecciones nacionales, y al Tribunal Federal Electoral, que adjudica disputas - independizándolos del control del PRI.

Hoy, el IFE tiene un consejo de directores independiente (de los que muchos son académicos formados en Estados Unidos), un presupuesto de alrededor de mil millones de dólares y un staff de 13 mil personas disperso en todo México. En la última década ha establecido una fuerte reputación por su imparcialidad.

Efectivamente, hay motivos para afirmar que las elecciones federales de México hoy están mejor manejadas que las estadounidenses. Existe un padrón electoral único y una credencial con fotografía uniforme para los electores, en lugar de la mezcla de padrones estatales que hay en Estados Unidos.

El IFE ha usado sus poderes reglamentarios para multar a los partidos políticos por violaciones a las leyes de...

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