Francisco Javier González / ¡Regresen al Necaxa!

AutorFrancisco Javier González

Cuando un equipo desciende, puede asumirse que lo hizo tan mal durante tanto tiempo que pocos deudos le llorarán.

Sin embargo, un equipo de futbol no es algo desechable ni un pasatiempo menor.

Las añoradas charlas de sobremesa en casa muchas veces se referían al Necaxa. Antes de que el futbol fuera de mínimo interés para los que éramos niños, quienes mandaban en la mesa hablaban de esas cosas: Majewski era un apellido venerado. Giacomini, uno que establecía una feroz complicidad partidaria. Y así sucesivamente:

Los "Once hermanos" eran tan nombrados que los menores suponíamos tener alguna familia de primos desconocidos que en algún lugar habían escrito leyendas dignas de ser recordadas en el postre. Las primeras visitas al Azteca fueron para acompañar a los necaxistas de la casa a ver sus partidos.

Mi padre y mi hermano sufrían bastante más de lo que gozaban. Después de una de esas derrotas de rigor, les preguntamos por qué no le iban mejor al Zacatepec que acababa de ser finalista en la Copa y además teníamos un tío incógnito que vivía ahí y les podría conseguir boletos. Nos mandaron a la cama sin cenar. Con el paso del tiempo, entendimos su resignada lealtad cuando le fueron al Atlético Español, remedio al exterminio necaxista cuando los futbolistas en México se atrevieron a pensar como gremio por última vez en la vida.

Y vimos la alegría escéptica en Luis chico cuando se restituyó la franquicia 12 años después. Mi padre ya no llegó a verlo pero murió esperando ese...

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