Julio Frenk y Octavio Gómez Dantés / 50 años de salud en México

AutorJulio Frenk* y Octavio Gómez Dantés**

A mediados del siglo pasado México era todavía un país rural, de gente muy joven, con una esperanza de vida al nacer de menos de 60 años. Las principales causas de muerte en aquel entonces eran las diarreas, las infecciones respiratorias, la desnutrición y los eventos reproductivos. En medio siglo esta situación cambió radicalmente: el país se urbanizó, aumentó la esperanza de vida y la población envejeció y se vio expuesta a nuevos riesgos biológicos, ambientales y sociales. Esto dio origen a una creciente prevalencia de las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, los padecimientos cardiovasculares y el cáncer, que hoy concentran un alto porcentaje de las muertes y la discapacidad en nuestro país. En este artículo se explican las razones de este asombroso cambio y se discuten algunas posibles maneras de enfrentar los retos emergentes.

·LA TRANSICIÓN

Al igual que en el resto del mundo en desarrollo, las mejoras en la nutrición y el acceso a agua potable, servicios sanitarios e intervenciones de salud pública (vacunas, terapia de rehidratación oral, promoción de la lactancia materna) que se produjeron en México en la segunda mitad del siglo pasado disminuyeron la carga de la enfermedad atribuible a la desnutrición y las infecciones comunes, lo que redujo la mortalidad infantil de 74 muertes por mil nacidos vivos en 1960 a 17 en 2011. El descenso de la mortalidad infantil y la mortalidad general se reflejó en un dramático incremento de la esperanza de vida, la cual creció en más de un tercio durante el último medio siglo, pasando de 57 años en 1960 a 77 en 2010. La caída de la mortalidad infantil también creó las condiciones para que la fecundidad se redujera, pues las parejas tuvieron una mayor certidumbre sobre la sobrevivencia de sus hijos. A esto también contribuyeron las campañas de planificación familiar que se implantaron en México a partir del último cuarto del siglo XX. El número promedio de hijos por mujer en el país pasó de más de siete en 1960 a sólo 2.2 en 2011.

A su vez, la reducción de la fecundidad desencadenó un proceso de envejecimiento de la población que supone un aumento en la proporción de adultos mayores. Una forma de apreciar la magnitud y velocidad de esta transición es comparando las tasas de crecimiento entre diferentes grupos de edad. Pocos tienen consciencia de ello, pero en México el número de niños menores de 5 años empezó a declinar desde 1995. En contraste, la población de adultos mayores crece a...

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