Frontera Invisible / Arnold para Presidente en 2008

AutorSergio Muñoz Bata

Para llegar a esta coyuntura es imprescindible que Arnold supere varios escollos. El primero de ellos es que el artículo 2 de la Constitución estadounidense establece que sólo los nacidos en territorio nacional pueden aspirar a la presidencia. Arnold nació en Austria y es ciudadano estadounidense naturalizado.

Enmendar la constitución es una empresa laboriosa pero no imposible. Se requiere la aprobación de dos tercios del Congreso y de tres cuartas partes de las legislaturas estatales. En los más de 200 años de historia de este país sólo se han aprobado 27 enmiendas. El mes pasado, empezaron las audiencias en el comité judicial del senado para modificar la constitución e intentar despejar el camino a la estrella del firmamento republicano.

En California, donde Arnold cumple su primer año al frente del gobierno estatal este mes, sus niveles de aprobación siguen siendo altos. No porque haya tenido logros impresionantes, sino porque la mayoría de la gente sigue fascinada con su estilo personal de gobernar.

Schwarzenegger sabe, al igual que Ronald Reagan lo supo en su momento, que la ciudadanía se identifica con aquellos líderes que saben comunicarse con la gente utilizando mensajes sencillos que responden directamente a reclamos populares. Son dirigentes que establecen las prioridades de su agenda respondiendo a los valores de mayor resonancia en el electorado. Son políticos como Reagan y Arnold que, carentes de curiosidad intelectual, saben que es necesario rodearse de un equipo de trabajo de primera categoría.

En América Latina ha habido casos de políticos con una trayectoria paralela a la de Arnold. Pienso en gente como el mexicano Vicente Fox, el venezolano Hugo Chávez y quizá hasta el peruano Alejandro Toledo. Son figuras políticas que surgen como respuesta frente al "establecimiento político" y se presentan ante el electorado como candidatos "fuera del sistema". Y en todos los casos son líderes que saben comunicarse con la gente usando mensajes sencillos que responden a reclamos populares.

La diferencia con Arnold es que los tres latinoamericanos se equivocaron al establecer como prioridades de su gobierno asuntos sin resonancia en la ciudadanía. Fox, Chávez y Toledo fracasan, además, porque a diferencia de Arnold, no cumplen sus promesas de campaña ni se rodean de colaboradores de primera categoría.

Durante la campaña electoral Arnold prometió que de resultar electo aboliría el impuesto a los automóviles, aprobado por su antecesor en un...

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