FRONTERA INVISIBLE / Ataque a los derechos laborales

AutorSergio Muñoz Bata

Para el Gobernador de Wisconsin, Scott Walker, el déficit presupuestal de su estado no tiene vuelta de hoja. La culpa es de los sindicatos que defienden los exorbitantes beneficios que reciben los trabajadores estatales. Si los trabajadores del estado, dice Walker, pagaran el doble de lo que actualmente pagan por su seguro de salud; si se aumentara en un 6 por ciento su contribución al fondo de pensiones, se les impusiera un tope a los aumentos salariales y si los trabajadores renunciaran a su derecho a negociar contratos colectivos de trabajo, la salud fiscal del estado mejoraría en un instante. Walker no es el único político estadounidense que ha optado por este tipo de confrontación con los sindicatos. En Ohio, Indiana, Nueva Jersey, Tennessee, Missouri, Michigan y Nueva Hampshire, las legislaturas estatales están elaborando proyectos de ley similares al de Wisconsin, que de convertirse en ley, reducirían considerablemente no sólo los beneficios de los trabajadores sindicalizados, sino el poder económico y político de los sindicatos en toda la nación.

El tema de fondo es complicado porque el desbalance que existe entre los beneficios que reciben los trabajadores del sector público y los del sector privado, es más que evidente en esta época de intensa incertidumbre laboral. Desde hace ya varios años, por ejemplo, las empresas del sector privado han dejado de ofrecer planes de pensiones a sus empleados y a cambio les han ido obligando a enrolarse en riesgosos planes de pensiones sujetos a las veleidades del mercado de valores, mientras que los empleados del sector público siguen gozando de jugosas pensiones financiadas con el dinero de todos los contribuyentes.

También es cierto que dadas las elevadas cifras de desempleo, la mayoría de los empleados del sector privado en Estados Unidos están conscientes de que pueden perder sus trabajos con alarmante facilidad, mientras que quienes trabajan en el sector público, parecen tener asegurados sus contratos de por vida.

Así las cosas, a nadie debería extrañar que el índice de aprobación de los sindicatos haya llegado a su nivel más bajo en el último cuarto de siglo, según revela una encuesta reciente del Pew Center. La mayoría de los estadounidenses piensa que los sindicatos benefician a sus afiliados pero impactan negativamente en la habilidad del país para competir adecuadamente en los mercados internacionales. Y no dudan que si para balancear el presupuesto tuvieran que escoger un entre...

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