FRONTERA INVISIBLE / Los caminos al odio

AutorSergio Muñoz Bata

A las 9:02 de la mañana del lunes 19 de abril, a 15 años del infame suceso, las campanas de la ciudad de Oklahoma doblarán por los 19 niños y 149 adultos victimados por un hombre que proclamaba su amor a la patria asesinándoles cobardemente.

El autor de ese atentado, el mayor acto terrorista contra Estados Unidos previo al del 11 de septiembre de 2001, fue Timothy McVeigh, un joven que no tuvo que viajar del extranjero para sembrar la destrucción en Oklahoma. El terrorista nació en Lockport, Nueva York, en el seno de una familia católica de origen irlandés y su abuelo fue quien le inculcó el amor a las armas de fuego. A los 20 años de edad se enlistó en el Ejército y en una ocasión recibió una reprimenda por asistir a una protesta del Ku Klux Klan portando una camiseta que proclamaba la supremacía de la raza blanca. Durante la Guerra del Golfo, sin embargo, fue condecorado con la Estrella de Bronce por su destreza en el uso de armas y explosivos. Liberado del Ejército, anduvo errante alimentando su cólera contra el Gobierno federal y, aunque no estuvo afiliado a una milicia, sí tuvo vínculos con el "Movimiento Patriótico", un vago conjunto de organizaciones independientes que se unifican por su odio contra el Gobierno federal. McVeigh murió ejecutado en una prisión en 2001. Su muerte, sin embargo, no sirvió para disuadir a otros estadounidenses de la profunda irracionalidad de las acciones del mal llamado "Movimiento Patriótico".

Este año, a finales de marzo, la Policía de Michigan detuvo a ocho hombres y a una mujer acusándoles de conspirar para asesinar a policías con el fin de iniciar una revolución contra el Gobierno federal. Los nueve son miembros de una milicia de inspiración cristiana llamada Hutaree, que según sus documentos fundacionales vive obsesionada con la llegada del Apocalipsis. Hoy los nueve enfrentan cargos por sedición y uso de armas de "destrucción masiva".

El fenómeno de los grupos de milicianos uniformados y fuertemente armados no es nuevo. "En rigor", me dice Brian Jenkins, un experto en terrorismo que lo mismo asesora al Departamento de Defensa de EU que la Iglesia de Inglaterra o la Iglesia católica, "las milicias son un fenómeno americano sin equivalente en el mundo". "La psique americana", abunda Jenkins, "se forja en nuestro origen como exploradores-colonizadores avanzando hacia el oeste portando armas para protegerse en territorios donde no hay autoridades ni leyes. Insertado en nuestra historia, el tema está...

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