Frontera Invisible / Los damnificados de Evo

AutorSergio Muñoz Bata

Evo ha traicionado a Lula, su más poderoso aliado en la región, al mandar al ejército a apropiarse de las instalaciones petroleras brasileñas en territorio boliviano y acusar sin pruebas a la empresa estatal Petrobras de actuar ilegal e inconstitucionalmente.

De un sólo golpe, Morales ha desbaratado la tesis central de la política exterior brasileña que proyectaba a Lula como el líder capaz de moderar las intemperancias de la izquierda delirante latinoamericana encabezada por el comandante Fidel Castro, su prolongación mecánica el coronel Hugo Chávez y el líder cocalero Morales.

Aparte de los mil 500 millones de dólares que Petrobras invirtió en Bolivia para desarrollar la infraestructura petrolera, y que con toda seguridad perderá una vez que se cumpla el plazo perentorio de 180 días que Evo fijó para "negociar" la "nacionalización," Morales ha anunciado que aumentará el precio del gas que le vende a Brasil y que seguirá con su programa de nacionalizaciones o confiscaciones de tierras y empresas legítimamente adquiridas por extranjeros.

A Zapatero, el otro líder de la izquierda moderada que se pensó podría moderar las intemperancias de los tres alegres compadres no le ha ido mejor.

Hace apenas unos días que el líder de la oposición española, Mariano Rajoy le zarandeó en el parlamento español acusándole de practicar una política exterior que es imperceptible en Cuba y es incapaz de defender las inversiones españolas en la Venezuela de Chávez y la Bolivia de Morales.

La nacionalización del gas boliviano afectará también la empresa española Repsol y las ya anunciadas futuras nacionalizaciones podrían afectar también otras inversiones españolas. Como era de esperarse, el memorando de entendimiento que desde hace más de un mes negocian España y Bolivia ha quedado congelado.

Para Estados Unidos, la nacionalización del gas boliviano carece de un efecto inmediato pero el rumbo que Morales ha tomado en la conducción de su país no deja de ser problemático para Washington sobre todo porque ejemplifica una paradoja de muy difícil resolución.

Dólar por dólar, Estados Unidos es el mayor donante que Bolivia jamás ha tenido y nunca ha logrado un mínimo de reconocimiento por su generosa ayuda.

Desde hace décadas, Estados Unidos dona unos 100 millones de dólares anuales a Bolivia que se destinan a proyectos de infraestructura como electrificación de poblados...

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