Frontera Invisible / Golpes a la democracia

AutorSergio Muñoz Bata

La regla, sin embargo, ha tenido excepciones en la región andina. En Venezuela, Ecuador y, posiblemente en el Perú, un Coup fracasado sirve o podría servir de plataforma electoral para ganar la presidencia en una elección democrática.

La fórmula es simple. Un militar de rango medio se levanta en armas contra el presidente en funciones acusándolo de corrupción (cargo que por lo general es fácil de creer) y de desoír las necesidades de los pobres, las minorías y los marginados.

El golpe falla pero los líderes de la revuelta se hacen famosos y la fama les abre nuevos senderos al poder.

Hugo Chávez la utilizó en 1992, cuando su intento de rebelión contra un régimen que, en la percepción pública era ejemplo viviente de la ineficiencia y la corrupción política característica de la clase política venezolana, lo catapultó a la presidencia en una victoria electoral seis años después del frustrado golpe.

En el 2000, el Coronel Lucio Gutiérrez hizo historia en el Ecuador sumándose a las naciones indígenas en su levantamiento contra un presidente también acusado de ser corrupto e insensible ante los pobres.

Después del fracaso de la revuelta, Gutiérrez pasó una breve temporada en la cárcel. Como Chávez, salió de prisión para ganar las elecciones y ocupar la presidencia... hasta que otra revuelta popular lo tiró del poder.

El Coronel Ollanta Humala todavía no es el presidente de Perú, pero ya ganó la primera vuelta de la elección y podría ganar la silla presidencial en la segunda.

Humala, (como antes Chávez y Gutiérrez) es también un militar de rango medio cuya posible y apresurada ascensión a la presidencia podría deberse a la popularidad que le dio el fallido golpe de estado en el 2000.

A pesar de las evidentes similitudes que tienen los tres casos, habría que procurar evitar la tentación a convertir las ocurrencias en una "tendencia" vigente en América Latina.

Sólo en Venezuela, Ecuador y Perú se ha dado el fenómeno insólito de utilizar el golpe de estado fallido como plataforma de campaña publicitaria para ganar la silla presidencial en una elección democrática.

La pobreza extrema, la desconfianza que los ciudadanos comunes y corrientes sienten hacia los corruptos partidos políticos tradicionales, así como el relativo prestigio de las fuerzas armadas en esos países, son algunos de los muchos factores que habría que considerar para intentar explicar el fenómeno.

Pero quizá la clave para entender lo que está sucediendo en la región...

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