FRONTERA INVISIBLE / El legado de Hillary a las mujeres

AutorSergio Muñoz Bata

Desoyendo a quienes apostaban a la inviabilidad de un afroamericano como candidato de un partido mayor a la Presidencia, Obama prometió un cambio en la dirección del país y su mensaje resonó con fuerza entre un enorme sector de la población. Juntos, negros y blancos lograron que su candidato hiciera historia. No obstante, y aunque admito que esa ya no es una alternativa sigo pensando que Hillary Clinton era la mejor opción a la Presidencia.

Ahora que apenas entramos al principio de la verdadera contienda sería irresponsable anunciar el fin del racismo en Estados Unidos. Aún así, no debemos disminuir la proeza del candidato y sus seguidores porque es de en orme significación histórica. Al mismo tiempo, deberíamos evitar caer en la trampa de calificar como racistas irredentos a quienes voten contra Obama en la elección de noviembre. Desafortunadamente, durante toda la elección primaria esta ha sido una tentación constante de los estrategas y seguidores de Obama.

Lo hicieron en enero, cuando acusaron al Presidente Bill Clinton de manipular la ecuación racial porque dijo que era un cuento de hadas que el récord de Obama en oposición a la guerra en Iraq fuera tan claro como lo pintaban. Para los políticamente correctos, lo del cuento de hadas era en realidad una sutil alusión a la posibilidad de que un negro ganara la nominación. Lo mismo sucedió cuando el Presidente le restó importancia al triunfo de Obama en Carolina del Sur recordándonos que Jesse Jackson había podido ganar ahí gracias al voto negro. Una aserción rotunda e innegable.

Ahora bien, ¿muestra el resultado de las primarias que en Estados Unidos es mayor el sexismo que el racismo?

La escritora feminista Gloria Steinem cree que sí. Según ella "el género sigue siendo la fuerza más restrictiva en la vida americana". Geraldine Ferraro, quien fuera la compañera de fórmula de Walter Mondale en la elección presidencial de 1984, concuerda al señalar que el trato que se le dio a Hillary manda "una señal directa de que el sexismo sigue teniendo una influencia innegable en la sociedad".

Desde mi perspectiva, el sexismo en algo influyó en la fallida nominación de Clinton, al igual que el racismo jugó un papel en la elección de Obama, pero en ambos casos secundario. Recordemos que si el voto de Michigan hubiera contado, Hillary habría ganado el voto popular y la candidatura en un sistema electoral racional...

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