FRONTERA INVISIBLE / El regreso de Jerry Brown

AutorSergio Muñoz Bata

Jerry Brown regresa esta semana a la oficina que hace exactamente 28 años dejó con un cómodo superávit de 5 mil millones de dólares. Hoy, las circunstancias han cambiado. El Gobernador saliente, Arnold Schwarzenegger, le deja un estado con un déficit fiscal que oscila entre los 25 y los 30 mil millones de dólares y una deuda pública descomunal.

Brown fue Gobernador del estado de 1975 a 1983, una época en la que California estaba a la vanguardia de la innovación, en el crecimiento de su economía, en la modernidad de su infraestructura, en la superioridad de su sistema educacional y en su visionaria conciencia ambiental.

De la famosa frugalidad del joven Gobernador que renunció al sacerdocio para ingresar a la política hay miles de anécdotas y unos cuantos hechos contundentes. Considere, por ejemplo, su atrevida decisión de rehusarse a ocupar la mansión en la que Ronald Reagan había vivido y rentar un modestísimo departamento localizado a una cuadra de su oficina. Otra muestra de humildad no exenta de excentricidad fue su negativa a utilizar la limosina de lujo que venía con el cargo para continuar manejando él mismo su destartalado Plymouth. En el terreno de los hechos, el superávit fiscal al fin de su mandato, subraya su austeridad y conservadurismo fiscal.

Un ascetismo que, sin embargo, no inhibió que su sentido de responsabilidad social le llevara a aumentar considerablemente el subsidio del estado a las artes ni a proponer una exención de impuestos a quienes instalaran paneles para aprovechar la energía solar en los techos de sus casas. Y es precisamente en este contexto que Brown propuso que California lanzara su propio satélite al espacio para explorar el universo. Una loable iniciativa que haría que por décadas, Brown tuviera que sobrellevar el apodo de Gobernador Moonbeam, que el columnista del Chicago Tribune Mike Royko le endilgó mostrando su envidia por el esplendor californiano, y su incapacidad para entender la visión a futuro del joven Gobernador. Afortunadamente, ni las burlas, ni sus excentricidades, ni sus tropiezos políticos le impidieron terminar sus ocho años de mandato con más glorias que penas.

Arnold Schwarzenegger, la estrella de películas de acción de Hollywood que ganó la gobernación prometiendo imposibles, hoy termina su gestión dejando las finanzas del estado con un déficit presupuestal semejante al que había en el 2003, (y que le sirvió de pretexto para desbancar al recién reelecto gobernador Gray Davis) y con...

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