Frontera Invisible / Votos en vez de boicots
| Autor | Sergio Muñoz Bata |
Pero no vaya usted a pensar que el propósito de las marchas de los Latinos es conmemorar el sacrificio de "los Mártires de Chicago" que en 1886 fueron salvajemente reprimidos por exigir la reducción de la jornada laboral a 8 horas diarias.
En Estados Unidos el primero de mayo se trabaja y el festejo a los trabajadores se hace el primer lunes de septiembre, desde 1884.
Los latinos saldrán a las calles a manifestar su derecho a presionar a favor de la amnistía a los millones de inmigrantes que se encuentran ilegalmente en el país.
Los organizadores de las marchas también han convocado a un boicot de consumidores que demuestre el poderío económico de la comunidad.
La idea del boicot ha tenido eco en México donde algunos grupos sindicalistas, políticos y periodistas mexicanos le han pedido a sus compatriotas que ese día no compren productos americanos.
En EU, la convocatoria a las marchas y al boicot ha creado una división entre los grupos de defensores de los inmigrantes.
Los activistas sostienen que la mejor táctica para lograr sus reivindicaciones es la confrontación.
En este sentido, han decidido demostrar el enorme poder de movilización política de la comunidad, el peso específico de la fuerza laboral latina en la economía nacional y el considerable poder económico de los consumidores latinos.
Los defensores moderados, por su parte, argumentan que ya las manifestaciones masivas del mes pasado demostraron la enorme solidaridad de la comunidad con los indocumentados.
Advierten también que incitar a los estudiantes a faltar a la escuela y a los trabajadores al trabajo tiene connotaciones muy negativas tanto para los convocados como para la comunidad.
Después de las marchas multitudinarias de marzo hubo cientos de despidos por toda la nación en represalia por haber abandonado sus puestos de trabajo de manera injustificada.
En algunos casos, inclusive después de que los trabajadores fueron advertidos de que faltar al trabajo generaría pérdidas al negocio y les acarrearía consecuencias.
Por último, los moderados también señalaron que la portación de banderas mexicanas durante las marchas anteriores generó una poderosa contraofensiva de los grupos anti inmigrantes e inquietó, incluso, a algunos sectores moderados de la ciudadanía.
A pesar de las diferencias de opinión respecto a las cuestiones tácticas, tanto los activistas como los moderados coinciden en un objetivo común: presionar al Congreso a que apruebe una ley migratoria justa y generosa.
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