DESDE LA FRONTERA NORTE / Más distantes que nunca

AutorJorge A. Bustamante

Los datos más recientes producidos por investigaciones científicas, tanto en Estados Unidos como en México, indican que, nunca como ahora, habían estado más distantes ambos gobiernos de tener un acuerdo básico sobre el estado que guarda el fenómeno migratorio entre los dos países. Sin un mínimo acuerdo sobre ese estado de cosas no sería posible un acuerdo bilateral. Un fenómeno migratorio que es por definición bilateral -nacionales de un país que entran a otro país que no es el suyo- no puede ser resuelto, en los problemas que implica, con medidas unilaterales. Tal es el caso de la política migratoria de Estados Unidos, cuyos dirigentes insisten en ver a la migración indocumentada como un problema de carácter interno, que sólo puede resolverse con medidas de carácter interno como las policiales o las militares. De ese diferendo surge la distancia más amplia entre las visiones de solución que predominan en ambos países respectivamente. Por una parte, el gobierno de México insistiendo que la solución sólo puede provenir de una negociación bilateral de la que surja un acuerdo bilateral con responsabilidades acordadas por los dos gobiernos respectivamente. Por otra, el gobierno de Estados Unidos insistiendo en que la solución tiene que provenir de una "reforma migratoria" decidida y aprobada por el Congreso de Estados Unidos, lo cual implica una decisión unilateral. Ni el presidente Obama ni sus últimos antecesores han aceptado la vía de la negociación bilateral como la que pueda conducir a una solución de la cuestión migratoria entre los dos países. Esta diferencia de fondo representa el obstáculo más grande para lograr una solución a tal diferendo. Pero aun hay más; cada uno de los dos países enfrenta obstáculos internos para definir qué es lo que se propondría negociar en caso de que se aceptara un enfoque bilateral por los dos gobiernos. Del lado mexicano, no hay propuestas concretas ni discusión o debate alguno sobre la posición que tomaría el gobierno de México en caso de abrirse una negociación bilateral. Cierto que hay planteamientos generales como el de buscar medidas que conduzcan al respeto de los derechos humanos y laborales de los migrantes; pero nadie ha propuesto cómo hacerlo con el detalle suficiente para hacerlo negociable. En Estados Unidos los obstáculos internos son aún mayores. El...

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