Froylán M. López Narváez / Desgobiernos unificados

AutorFroylán M. López Narváez

La aprehensión del alcalde de Lázaro Cárdenas evidencia la gravedad y el ahondamiento, algunas culminaciones, en un estado de Michoacán que no acaba nada pronto con sus dramas homicidas, con la composición y descomposición de sus cárteles, gavillas, pandillas de vieja cepa y continuidad.

La cuantía de los negocios ilícitos y algunos legitimados estimula la intransigencia y la participación de miles de michoacanos y de otros que se arrimaron al fogón de las ganancias. Aunque su territorio es pródigo -destacan las empresas limoneras-, las pobrezas y los conflictos obligan a éxodos grandes, periódicos o circunstanciales.

La ventura de las posibilidades y su añejamiento han establecido cárteles, de crimen bien organizado y en contubernio con funcionarios estatales y municipales. Son decenas los personajes que viven y sobreviven, decenas los muertos, y ya más de uno es personaje de conductas confusas y cuyas tareas se coligen como ambivalentes.

José Manuel Mireles es uno de los eminentes. Protegido por más de 35 empleados, con siete camionetas, alguna blindada, señalan su gana de poder armado. Surgieron grupos de autodefensas, casi con marca o patente: "Autodefensas Michoacán". Son voluntarios, dicen o se cree. El reclutamiento mantiene apogeo en Tierra Caliente. Los Templarios son sus rivales. A menudo no se sabe quién es quién y el cambio de pandilla no es un hecho raro. Sus armamentos son de alto poder; suelen ser muchachos, abundan los menores de 24 años. Transitan en convoyes, Mireles dice temer por su vida y después de convenio, más de guarda de armas que de su despojo.

Por eso pide auto blindado, escolta personal, de preferencia militar. Se encuentra con funcionarios federales, locales, con el comisionado que tiene los poderes efectivos y ya con mando unificado, con poderes centralizados. Con hambres y con paga encaran a los nefastos templarios, los voluntarios.

Mireles cuenta que ha sufrido pérdidas: "tenía propiedades y dinerito guardado". Indica que ha sufrido secuestros. Por hermanas y su tío Alfredo han pagado más de 50 millones de pesos. Están en combate, en persecuciones. Papá Pitufo, otro de los conocidos en bronca, anda tras Servando...

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