Froylán M. López Narváez / Rapiñar y saquear

AutorFroylán M. López Narváez

El saqueo sutil, legalizado, es el más abundante en México. Lo perpetran personas y organizaciones oficiales y privadas. El modo frecuente se cumple en el fraude, inflando presupuestos, nóminas, gastos, costos, precios. El comercio común, sobre todo el de alta monta, se las arregla para vender en precios injustos mercancías y servicios que no justifican sus precios, los réditos, las tasas de interés.

Pero el saqueo antañón es atávico. Desde siempre han sido guerreros y milicias quienes abusan y depredan. Lo mismo mujeres, doncellas o no, que víveres, bienes, trabajos, han sido sujetos y objetos de abusos. Ahora mismo eso ocurre en remotas tierras ocupadas como Afganistán, Iraq o territorios africanos.

Pero esta proclividad, uso y costumbre, el del saqueo, ahora se tipifica fundamentalmente en los territorios devastados por los huracanes Stan y Wilma. En Quintana Roo, sobre todo en Cancún, se ejerce el pillaje, mediante los delitos de robo, allanamiento de morada, despojo y vandalismo, junto con asaltos callejeros y habitacionales. Centenares de marginados de las regiones ocupadas por desempleados, trabajadores ocupacionales, muchachos sin oficio ni beneficio, se lanzan en las noches, aunque igual en horas diurnas, a quebrar ventanales o romper cortinas metálicas para hurtar. Sobre todo se llevan bienes electrodomésticos. No han sido pocas las mamás, amas de casa, señores de edades medianas y mayores, quienes, a la par que mozalbetes, acarrean aparatos que no pueden adquirir, seguramente para malbaratarles, difícilmente para uso doméstico. Las turbas las conforman minorías de empobrecidos, al parecer.

Relatos periodísticos cuentan que son muchedumbres o turbas las que se agolpan y se lanzan al saqueo abierto. Las policías locales se pasman y alegan que no pueden actuar ante los enjambres humanos belicosos que sin recato y hasta retadoramente perpetran los delitos.

También Yucatán ha padecido y padece, sufrirá, daños fuertes por los siniestros telúricos del 2005. En Mérida ha habido detenciones de personas que robaron turistas y avecindados, lo mismo que locales comerciales. Pero la consecuencia mayor, y ya en acto, es la suspensión de empleos y envíos de yucatecos que encontraron en las zonas turísticas de sus vecinos ocupación e ingresos. El gobernador panista ya declaró que éste es el peor de los tiempos para su paisanaje y su economía, para sus tierras, sembradíos, pesca y turismo.

Ocasionalmente, en la capital yucateca se ha establecido...

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