Froylán M. López Narváez / Los siniestros

AutorFroylán M. López Narváez

Acaban apenas millones de seres humanos accidentalizados de agotar las ilusiones, los juegos y las jugarretas, las ternuras y las acechanzas, los abrazos gozosos y los forzados de las navidades, los donativos y las transacciones de los regalos festivos, cuando apareció el siniestro telúrico que ha sido del conocimiento de las metrópolis actuales: "la catástrofe sin igual" en el sur asiático.

El domingo pasado cundió el horror, la tristeza, el miedo ante la magnitud del pavoroso desastre. Otra vez se advirtió la indefensión de fondo ante los siniestros magnos, junto con los dolosos que se infligen los animales humanos -animal viene de ánima- con guerras, guerrillas, negocios saqueadores internacionales, con partidos políticos, con afanes redentoristas o de hedonismos a lo bestia.

Las cuentas iniciales de las muertes imprevistas, inesperadas, pronto concordaron en la suma de 23 mil decesos, muchos, miles de ellos, muertes niñas. Según la UNICEF, un tercio de los finados. El martes se hablaba de no menos de 100 mil, sin tomar en cuenta las muertes causadas por plagas, pestes y enfermedades secuela de infecciones, mayor pobreza, desamparo y duelos que matan las ganas y fuerzas para vivir. Por supuesto, y en contraste, estos millares de decesos no alcanzan la cifra cuantiosa de las matanzas por las guerras, la marginación impuesta y trasnacional, sistémica, la del "orden" mundial, que condena y cumple los genocidios de países, comunidades, etnias. Más siniestros provoca la acción humana que las de las "fuerzas de la naturaleza", según se cree en ellas con animismo científico o ingenuo.

Pronto, se ofrecieron y llegarán paliativos solidarios. Gobiernos y corporaciones humanitarias ocurrieron en auxilio con víveres, cobijas y cobijos artificiales. Se anunció que la ONU hará un movimiento de rescate y promoción más grande que el que cumplió en el desastre de Bam, la tragedia más reciente. Jan Egeland, secretario general adjunto de cuestiones humanitarias de la ONU, divulgó que este tsunami, maremoto descomunal, "...no es el más fuerte que registramos, pero sus efectos serán sin duda los más importantes, porque las zonas expuestas estaban mucho más pobladas. Es por lejos, la más grave catástrofe natural que hemos conocido".

Sri Lanka, Indonesia, Tailandia, Malasia, Islas Maldivas y Bangladesh fueron los países más afectados, un tercio del archipiélago de las Maldivas. Territorios éstos que se disputan los lugareños en nombre de la democracia...

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