Froylán M. López Narváez / Tú la trais

AutorFroylán M. López Narváez

El continuismo de Felipe de Jesús Calderón, presidente legalizado de México, secuela del damnificante foxiato, ya se engarzó en la compra de pleitos internacionales, latinoamericanos, con los gobernantes y gobiernos de Venezuela, Brasil, Bolivia y Argentina, remedando a su infausto antecesor. Alude desdeñosa y menospreciativamente a quienes buscan otros caminos para encarar los graves problemas de sus países.

En los foros de altos vuelos y viajes de excepción, en el ineficaz Foro Económico Mundial de Davos, el michoacano incrustado en el gobierno federal aludió y confrontó a sus semejantes electos y uno reelecto, según los cánones de la democracia electoral, por mayoría inapelada, tratando FCH de hacer ver las bondades y las ofertas de su gestión para que trasnacionales, principalmente, no le saquen, dicen los muchachos, y se dispongan a invertir lucrativa y seguramente en la convulsionada República Mexicana.

A pesar de asesinatos cotidianos, de jefes de policía y policías sin rango, a pesar de la impunidad feminicida y la de pederastas, algunos de ellos eclesiásticos, y de la violencia urbana en las metrópolis, a pesar de la sofocada revuelta en Oaxaca y la existencia larvada y en ejercicio de más de una decena de guerrillas, Felipe de Jesús niega esta brutalidad ubicua y declara que la nación está en paz y ofrece seguridades y ganancias a extranjeros.

Calderón no hace caso de las denuncias de los gobiernos "amigous", de Australia, Canadá, España, EU, Francia, Alemania, Holanda, quienes durante el año pasado alertaron sobre la grave inseguridad y criminalidad, sobre todo en Oaxaca, Tamaulipas, Baja California, Nuevo León, Guerrero, Michoacán y la Ciudad de México.

Ciertamente que México no padece el horror y la inseguridad, el miedo más o menos contenido por los terrorismos que asuelan España, Inglaterra, Francia e Italia, entre otras cosas mayores por la complicidad, de participación efímera o constante en la invasión de Iraq. Los cómplices mayores se han escabullido y disminuido su injerencia, a más no poder y a pesar de que D. Cheney ya anunció que sus huestes intervencionistas no abandonarán el Golfo Pérsico.

Calderón Hinojosa, sin la verbosidad torpe y broncuda del esquizoide guanajuatense, que ahora anda vendiendo sus inexistentes dotes de orador (speaker) en los Estados Unidos de América, no ceja en alusiones de confrontación y desdén a los gobiernos izquierdosos de América Latina. Le replican sus colegas, en una especie del juego...

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