Están fuera de control

AutorCANCHA / STAFF

Donald Trump podría no estar tan perdido cuando califica a la NFL como una Liga "débil" y "fuera de control", aunque se refiera a las protestas de los jugadores durante el himno de EU.

Particularmente riguroso ha sido el comisionado Roger Goodell para sancionar a los jugadores que han incurrido en conductas inapropiadas fuera del campo y en incidentes de violencia familiar, pero las agresiones entre colegas dentro del terreno de juego reciben castigos blandos.

Alentado por la indolencia mostrada por la Liga en casos anteriores, el ala cerrada de los Patriotas, Rob Gronkowski, se atrevió incluso a apelar la suspensión por un juego que le impusieron por conmocionar al esquinero Tre'Davious White, de los Bills.

Gronkowski se le azotó deliberadamente golpeándolo en la cabeza con el aparato ortopédico que utiliza para protegerse el antebrazo.

En el partido de antenoche entre los Acereros y los Bengalíes hubo dos jugadores que salieron en camilla, dos conmocionados y dos suspendidos.

Uno de los suspendidos fue el receptor acerero JuJu Schuster-Smith, por burlarse del linebacker Vontaze Burfict cuando éste yacía conmocionado tras una bloqueada por el lado ciego.

Burfict tiene una larga historia de agresiones sobre jugadores de Pittsburgh, por lo que el también receptor acerero Antonio Brown se animó a gritar al final del juego: "¡Karma! ¡A eso se le llama karma!".

Una semana antes, el receptor Michael Crabtree (Raiders) y el esquinero Aqib Talib (Broncos) se olvidaron del futbol americano e intercambiaron golpes cual pandilleros en...

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