Gabriel Zaid / Cuentas de ahorro

AutorGabriel Zaid

Los bancos hablan de "bancarizar" a toda la población, olvidando que la resistencia inicial fue de los bancos. Todavía en el siglo XX, en muchos países, las mujeres no podían abrir cuentas bancarias.

Paralelamente, mucha gente tenía problemas para resguardar su dinero. Hace milenios, los templos daban el servicio de custodia, sin mezclar dineros de unos y de otros. Cuando apareció la banca, mezclarlos permitió el negocio de prestar dinero ajeno y cobrar intereses. Un negocio menor fue el servicio antiguo: las cajas de seguridad, donde no se mezclan los depósitos. A veces, con niveles de lujo, por ejemplo: recibir a las dos o tres de la mañana a los clientes que salen de una fiesta y pasan a depositar las joyas que usan en grandes ocasiones.

Fuera de los bancos, hubo soluciones como las "víboras": cinturones huecos donde se podían esconder monedas de oro y plata. No tan seguras, porque los asaltantes lo sabían.

Más seguros fueron los "entierros": jarros con dinero que se enterraban a escondidas. Muchos quedaron enterrados, al morir el único que sabía dónde estaban. Las leyendas sobre entierros fabulosos despertaron la codicia de buscadores de tesoros, que hasta compraban casas donde supuestamente los había.

Otras formas de ahorro no bancario: El "cochinito" que permitía depósitos, pero no retiros, y se rompía para fechas y gastos especiales. El ahorro escolar, para enseñar a los niños a no gastarse todo. Las tandas y cajas populares, donde los socios se obligan a acumular depósitos periódicos.

Las cuentas de ahorro bancario fueron un gran servicio. En los años 70, vi a un barrendero municipal dejar su carro de basura frente a un banco y entrar a depositar en su cuenta. Según el Anuario Estadístico 1970-1971, mientras la población censada aumentó de 35 millones en 1960 a 48 en 1970 (p. 30), el número de cuentahabientes de ahorros se quintuplicó: de dos millones en 1961 a once en 1971 (p. 716).

Las cuentas de ahorro pagaron el 4.5% anual de 1968 a 1981, según las Estadísticas históricas de México (p. 1008), pero saltaron a pagar 20% en 1982. Lo recuerda orgullosamente el entonces director general del Banco de México: "También se aumentó, de un solo golpe, la tasa de interés de las modestas cuentas de ahorro, las que las personas de escasos recursos mantenían en los bancos" (Carlos Tello Macías, Ahora recuerdo, Debate, 2013, p. 273).

Lo que no...

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