GACETA DEL ÁNGEL / Día del Padre

AutorGermán Dehesa

Todavía está por ser pensado y ser escrito un estudio que explore el irrefrenable apetito de la raza azteca por las efemérides, aniversarios, homenajes y todo tipo de fiestas. Esto viene desde el imperio azteca y no tiene para cuándo terminar. Hasta los albores del siglo XX, el calendario de estas fiestas era decidido por la Iglesia Católica mexicana que se daba vuelo con sus Corpus y sus vísperas y sus novenas. Como a la cultura mexicana no le gusta quitar nada y goza mucho al acumular (tiene vocación de ropero de abuelita), cuando, a raíz del Porfiriato y de la Revolución, se abrió la posibilidad de celebrar fiestas laicas, lo que hicimos fue conservar el calendario religioso y sobreponerle el nuevo calendario secular. Con eso conseguimos que convivieran la Semana Santa con el Día de la Madre, o el Día del Cartero. En este calendario laico brilló con luz propia el Día de la Madre, que de los años treinta a los años cincuenta, fue la reina indiscutida de todas las fiestas. Fállale a quien sea, pero a tu madre, nunca. Hubiera sido una infamia no celebrar a esa sufrida matrona que aguantaba vara allá en el hogar donde recibía las peores noticias y no trepidaba. En una película mexicana, una madre azteca de esta especie recibía la noticia de que su grácil y joven hija "La Monchis" se había fugado con un pintor (pausa dramática, lágrimas que se asoman) y esto no es lo peor, mamá, decía la chismosa de la otra hija, se trata de un pintor abstracto (lobezno aullido de la madre herida de muerte). A estas madres había que ofrecerles un tostador Sunbeam y una invitación a un buen restorán (término vago y muy abarcador).

Los años han pasado y aquel modelo de madre se ha ido descontinuando. Ya quedan muy pocas de aquellas resistentes morsas que reinaban en el hogar sin abandonar jamás el trono, la corona y el cetro. Mi venerada madre fue de las últimas en caer. Ella que, teniendo yo 19 años, me regaló un librito sobre sexualidad masculina de ediciones Paulinas. Ella que, como un favor muy especial, nos pedía que no le celebráramos el Día de la...

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