Galería dominguera

AutorHéctor León

Para la mayoría de los artistas, reconocidos o no, vender en el Jardín del Arte es rebajarse; para la crítica este mercado no existe o carece de importancia. Pero quienes se han establecido en él y logran un mercado, hoy se consideran tan profesionales como cualquiera, es más, sus estudios e instrumentales son "envidiables" y, por supuesto, viven de pintar.

Además, hay muchos que llegan y son aceptados, pero al no pasar la prueba del añejo y no vender, tienen que emigrar, pues el único curador es el público.

Es un gran mercado de lo kitsch, desde paisajes pintados con los dedos en cartones tamaño media carta a 10 pesos, hasta la seducción de mixografías de gran formato o pinturas donde la experimentación (en lo más extenso de la palabra) y lo tridimensional igualan o rebasan en su propuesta a aquello que conocemos como arte objeto o ensamblaje, tan frecuentado en galerías y museos. Obras que se cotizan entre los 200 y los 20 mil pesos: con la diferencia que aquí se puede regatear.

Son alrededor de 600 artistas. Una variada muestra de dibujantes, acuarelistas, paisajistas, retratistas. Medianos o excelentes copistas. Malos, buenos o prometedores. Viejos o jóvenes artistas que disfrutan explicar su obra y que se dan por bien pagados en este ejercicio de diálogo creativo con el público... Además, venden.

Con 40 años de historia, el Jardín del Arte de Sullivan, ubicado atrás del Monumento a la Madre, ha sido un lugar abierto a las diversas expresiones plásticas de aquellos pintores y escultores, en su mayoría autodidactas, que han encontrado en la venta directa al público una manera para dar a conocer su trabajo y realizarse como tales en un mercado difícil, institucionalizado, cerrado y muy competido.

Los pintores del Jardín del Arte de Sullivan, que tradicionalmente tienden su trabajo los domingos, desde hace unos años abrieron un par de "sucursales" en las plazas de San Jacinto y el Carmen, en San Angel, donde se extiende aquel tradicional tianguis en que se comercia todo lo imaginable y que pueda entrar en el concepto de artesanía. Son cerca de 600 artistas que reciben a alrededor de 2 mil personas cada domingo, en Sullivan, y los sábados, otra cantidad similar, en las plazas de San Angel.

De la misma manera, han surgido otros jardines en la Delegación Benito Juárez, impulsados por el propio Delegado; en la Delegación Cuauhtémoc, se ha venido instalando otro similar los domingos, en la Avenida Alvaro Obregón, y otro más, desde hace varios años, en el Parque Tlacoquemécatl.

También es común encontrar pintores ambulantes en mercados sobre ruedas, así como en La Lagunilla, puestos de pintores que se instalan en los mercados de chácharas en los barrios de casi todas las delegaciones y municipios conurbados.

Según los especialistas, existen alrededor de 45 mil artistas plásticos registrados, y aunque casi ningún crítico o artista profesional aboga por este tipo de arte "decorativo y de aficionados", concuerdan en que son pocas las galerías en México para dar cabida al trabajo de todos los artistas y escultores plásticos existentes.

Empero, para ex maestros de La Esmeralda y San Carlos, entre otras escuelas de arte del Distrito Federal y de provincia, para los pintores que encontraron tarde su vocación, para aquellos que han sido rechazados repetidamente por las galerías o que se cansaron de esperar el pago por un cuadro que vendieron y que nunca llegó, o para aquellos que echaron raíces en la sala de espera de algún director de museo medianamente prestigiado, los jardines de arte han representado una salida práctica, y para algunos también honrosa y onerosa.

Para unos pocos, ha sido un trampolín a un mercado más codiciado o el gran salto al mercado y el reconocimiento; para la mayoría, los jardines de arte son su galería tianguera donde nacen, se desarrollan y mueren. Una historia contada y repetida a lo largo de 40 años.

Hace cuatro décadas, se creó el Jardín del Arte, y con el tiempo se constituyó en el museo al aire libre más grande de México, y según aseguran algunos artistas ambulantes, también de América, porque no existe parangón con otro parque de artistas callejeros, ya que en los parques europeos donde tradicionalmente se vende arte, difícilmente se llega a reunir una cantidad similar.

¿Museo libre o libertino? La cantidad de familias que llegan a estos jardines los fines de semana rebasan por mucho cualquier día de visita en cualquier museo que presente "obra contemporánea"...

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