Gayle Allard / México y la UE apuestan por la globalización

AutorGayle Allard

Los años 2016 y 2017 han sido duros para los que creen en el libre comercio y la globalización. Con la victoria del anti-globalista Donald Trump en las elecciones en EU, se han frenado ambiciosos acuerdos multilaterales, como la TPP y la TTIP, que llevaban años negociándose; y el nuevo presidente amenazó con romper el ALCNA (NAFTA) entre EU, México y Canadá. En Europa, mientras tanto, uno de los países más importantes de la Unión Europea, el Reino Unido, ha votado por salir de la UE, rompiendo una alianza comercial y política que había durado más de cuatro décadas. En una etapa como ésta, cuando el libre comercio y la globalización están bajo ataque, hay pocos signos de esperanza en el horizonte. Uno de ellos es la ronda de negociaciones que se están llevando a cabo entre la Unión Europea (UE) y México para profundizar en su acuerdo comercial.

México y la UE negociaron un acuerdo comercial preferencial a finales de los 90, que entró en vigor en el 2000. El llamado Acuerdo Global fue ambicioso: además del comercio, abrió la puerta a una serie de colaboraciones institucionales y un diálogo político continuo entre México y Europa. El acuerdo liberalizó el comercio para casi todos los bienes industriales tras un período de transición: en 2003, todos los productos manufacturados mexicanos entraban libre de aranceles a la UE; y en 2007, los productos europeos ya entraban sin barreras arancelarias a México. Para la agricultura, siempre un escollo en este tipo de acuerdos, el mercado europeo se abrió a 80% de los productos mejicanos al cabo de un período de transición de 10 años. El resto, incluyendo la carne, los productos lácteos, cereales y plátanos, donde la UE tiene excedentes de producción, fueron excluidos o sometidos a cupo. El 60% de los productos agropecuarios europeos recibieron un trato preferencial en México.

Además de liberalizar el acceso comercial, el Acuerdo Global tenía apartados sobre las compras públicas, la protección de la propiedad intelectual, y los servicios financieros, de telecomunicaciones y de información. Los servicios europeos recibieron con la firma del acuerdo acceso al mercado mexicano en condiciones casi tan favorables como las que disfrutan Canadá y EU bajo el ALCNA. Acordaron colaborar en sectores como la minería, el transporte y el turismo, las estadísticas, la ciencia y la tecnología, y el medio ambiente. Se dio entrada a las instituciones mexicanas a consorcios internacionales que compiten para fondos y...

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