Genaro Lozano / Los problemas del Jefe

AutorGenaro Lozano

Es doctor en derecho, pero el esfuerzo por conseguir su título académico no importa. La burocracia del Distrito Federal lo llama "el Jefe", como en un ritual de las formas para que quede claro quién manda en la Ciudad de México. Es Miguel Ángel Mancera y no entiende la razón por la cual las encuestas no lo favorecen, si él ha tratado de mandar el mensaje de que trabaja por los chilangos con la misma disciplina con la que fue procurador de justicia.

No es para menos. La 7a. Evaluación al jefe de Gobierno realizada por Reforma revela que un 54% de los ciudadanos y un 66% de los líderes consultados lo desaprueban. Al tiempo que apenas un 40% de ciudadanos y un 34% de líderes aprueban su gestión. Podría decirse que esa baja popularidad no es atípica. Después de todo, las mediciones de todos los políticos en el país son similares. Hay un descontento con la clase política. Sin embargo, bien dice el dicho "mal de muchos, consuelo de tontos".

Parte del problema de Mancera es que desde que llegó a la Jefatura de Gobierno no se ha posicionado como un líder nacional, sino como uno local. En los grandes temas que se han discutido en el país, la voz de Mancera ha pasado desapercibida. Mientras que AMLO y Ebrard se han subido a la palestra como voces de oposición a las reformas del Pacto por México, la voz de Mancera no se ha oído. Parte de su problema radica en la percepción de que más que ser un candidato natural a la Presidencia en 2018, parece candidato a procurador General de la República del próximo gobierno del PRI.

Por ello le convendría a Mancera, y a la oposición en el país, que se sacuda de esa zona de confort. Que "el Jefe" toque el botón de reset a su imagen y que empiece a posicionarse sobre los temas nacionales después de la veda electoral. Que a la Jefatura de Gobierno regrese el altavoz de la izquierda. Ahí está su otro flanco abierto: su aparente falta de pasión por ser un "político de izquierda".

Otro de los pendientes de Mancera es quitarse la imagen de tener mano dura contra el ejercicio del derecho a la protesta. Ya pasaron más de dos años del 1 de diciembre del 2012, fecha en la que los capitalinos vimos uno de los peores actos de represión de la protesta en la ciudad. Para ser justos, Mancera no era jefe...

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