Genio y figura / Anatomía de un encuentro

AutorGaby Vargas

Entra a un salón lleno de gente. Se detiene en la puerta para buscar alguna cara conocida. Con alivio localiza una, con la cual intercambia miradas. Se encamina hacia ella. Al llegar, se detiene y saluda a la persona. Platican por un rato. Después, se despide de la persona para acercarse a alguien más.

Durante esos minutos de encuentro, cientos de mensajes se intercambian. Mensajes que se componen de silenciosas sutilezas más allá de lo que verbalmente se expresa. Esta información se recibe a nivel inconsciente y, sin saber por qué, tiene una gran influencia en cómo pensamos y sentimos.

Cualquier tipo de encuentro, por más breve que sea, se puede dividir en seis etapas. Conviene conocerlas y estar consciente de ellas, ya que nos ayudan a mejorar nuestra comunicación, a sentirnos más seguros y a impactar más.

  1. Inicio. Es el primer contacto con el otro. El cuerpo entero se involucra. Sin embargo, el foco principal será la cara, especialmente los ojos y la boca. Después del contacto visual, si la persona nos agrada, en microsegundos enviamos en forma inconsciente la primera señal de aceptación. Todas las culturas en el mundo, e incluso varias especies de changos, lo hacen. Se le llama "el saludo de ceja". Las dos personas que se encuentran subirán y bajarán las cejas en fracciones de segundos. Esta es la señal con la que calladamente decimos: "me da gusto verte", "te aprecio" o "me caes bien". En caso de estar molestos con la otra persona, mantendremos fija la mirada o la esquivaremos, y las cejas se quedarán fijas, sin expresión. En cuanto a las sonrisas, que son el otro factor importante, los científicos han identificado 19 variantes, cada una con un mensaje específico y diferente.

  2. Postura. Caminamos hacia la persona y de pronto nos paramos frente a ella. Escogemos una distancia y una posición corporal. La razón por la que hacemos esto se basa en seis factores: qué tan bien conocemos a la persona; nuestra personalidad, sea introvertida o extrovertida; la nacionalidad (por ejemplo, los latinos nos acercamos más que los anglosajones); la edad (los menores de 30 años suelen acercarse más que los mayores); la naturaleza del encuentro (¿es de negocios o de amistad?) y si la persona vive en la ciudad o en el campo (las personas del campo por naturaleza tienen un espacio vital mayor).

    ¿La posición es frente a frente, un poco de lado u hombro con hombro? Estos detalles comunican diferentes sentimientos e intenciones hacia la persona.

  3. Contacto...

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