Germán Martínez Cázares / Chantaje, 'moches', reelección

AutorGermán Martínez Cázares

Derrotado y desesperado subió a la tribuna de la Cámara el diputado oaxaqueño Jorge Meixueiro, se sintió sin poder, no pudo chantajear a nadie, sacó una pistola y frente a sus compañeros se mató. Fue en 1943. Diez años antes, la Cámara entera igual que Meixueiro, se suicidó políticamente, aprobó la prohibición de reelegirse. Redujeron su poder de chantaje.

¿Chantajear? Cualquier parlamento en el mundo nace y vive para chantajear. La vigilancia a la administración pública, la autorización y el control del gasto público, la función materialmente legislativa, los nombramientos y la representación del "querer y sentir" ciudadano, son ocasiones para un chantaje institucionalizado en el Congreso de la Unión. La reciente aprobación de la reforma política es fruto de un chantaje del Poder Legislativo al Poder Ejecutivo. El parlamento hizo bien.

Chantajearon aquellos barones ingleses al rey Juan Sin Tierra en 1215 para firmar la Carta Magna; chantajeó el Congreso español a Fernando VII para jurar la Constitución de Cádiz de 1812. La Cámara norteamericana acaba de chantajear a Obama, con la aprobación del "techo" de endeudamiento de Estados Unidos. Una democracia está muerta cuando ese poder de chantaje desaparece. Los congresos dóciles no chantajean, se subordinan; no coaccionan, ni exigen, ni critican nada, simplemente se pliegan y obedecen los dictados del Presidente. La Asamblea de Venezuela, con mayoría "chavista", otorgó poderes plenos al presidente Maduro para gobernar por deseo personal, muestra clara de asambleístas eunucos sin poder de chantaje.

Durante mucho tiempo en México ese chantaje parlamentario fue nulo. La falta de reelección inmediata condenó al Congreso a integrarse con empleados del Presidente y, por tanto, nunca se acumuló experiencia parlamentaria, ni fortalecimos el vínculo del representante con sus representados.

Vicente Lombardo Toledano en 1964, intentó inútilmente restablecer la reelección plena. El PAN lo acompañó. No se trata de permitir la "auto-reelección", sostuvo Adolfo Christlieb Ibarrola, sino de crear la posibilidad de que el pueblo "reelija o no" a sus representantes. Auténtico juicio en las urnas, reclamaba...

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