Germán Martínez Cázares / Mexicanos con Trump

AutorGermán Martínez Cázares

A Sergio Aguayo, expresión libre y valerosa.

El muro que Donald Trump quiere levantar en la frontera ya lo tienen miles de mexicanos tatuado en la cabeza.

Al parecer es una tragedia moderna pero ya tiene muchos años, se llama "nacionalismo", en muchas ocasiones alienta lo mejor de los pueblos, la defensa de los valores más nobles de una comunidad; pero en otras, exacerba sentimientos primarios e inspira prácticas de exclusión, genera sangre, dolor y muerte. Ese nacionalismo guerrero y destructor se llama simplemente xenofobia o chovinismo, es el desprecio "al otro", "al distinto", a todo "lo extranjero". Y aunque Trump sea el valedor de moda, los mexicanos también hemos cultivado esa planta venenosa de la "obsesión antinorteamericana", como la llamó el gran liberal Jean-François Revel.

Ese nacionalismo dañino es el cántico central de esta semana en la convención republicana de Cleveland, Ohio, donde miles de norteamericanos pusieron ayer a Trump a las puertas de la Casa Blanca. Allí el empresario neoyorquino tiene derecho a prometer edificar una barda en el sur de su territorio; pero no tiene ningún poder o privilegio para cobrar forzosamente ese muro a los mexicanos residentes en territorio norteamericano, ni para elevar aranceles unilateralmente a un socio comercial, o alterar, por mandato autoritario del Estado, el precio de servicios públicos exclusivamente a mexicanos; sería un tributo gravoso y desleal, sin antecedente ni fundamento entre dos países vecinos. Esa locura faraónica de construir una muralla mexico-estadounidense, y cómo quiere financiarla, recuerda al más viejo y nocivo nacionalismo, que no sólo estropea la imagen del más grande presidente republicano de Estados Unidos, Abraham Lincoln; sino golpea gravemente el rostro de su nación, hasta desfigurarle su cara de país de "libertades e inmigrantes".

Sin embargo, frente a la demencia de Trump, lamentablemente muchos mexicanos escucharán el "grito de guerra" y querrán hacer "rugir al cañón". El rancio nacionalismo mexicano recuperará el brillo, que lo mismo cabalga para justificar el racismo en Estados Unidos, o para "mentarle la madre a los gringos". El nacionalismo es un discurso político fácil, se adapta a la derecha, a la izquierda, o a todos...

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