Germán Martínez Cázares / Reconstruir la Presidencia

AutorGermán Martínez Cázares

Los gobernadores entraron a saludar al Presidente electo por primera vez "con la cola entre las patas", los priistas parecían con un sentimiento culposo sobre sus espaldas, guardaban silencio reverencial, murmuraban, todo era novedad para ellos: lugar, encuentro, interlocutores, noticias; por primera vez perdían a su líder, cabeza y jefe político; estaban literalmente "extraviados", me confió mucho tiempo después uno de ellos. Eran los primeros días de julio del año 2000. El escenario no fue Palacio Nacional ni tampoco Los Pinos, sino el rancho San Cristóbal, en las cercanías de León, Guanajuato, donde vivía Vicente Fox, justo unos días después de ganar la Presidencia de México.

En aquella reunión participaron, entre otros, los panistas Alejandro González Alcocer, de Baja California; Alberto Cárdenas, de Jalisco; por el PRI, Miguel Alemán, de Veracruz; José Murat, de Oaxaca; Arturo Montiel, del Estado de México, y Víctor Manuel Tinoco Rubí, de Michoacán. Ese día Fox les dijo, palabras más palabras menos, que ellos iban a gobernar "junto al Presidente", que "sólo hay un equipo: México", que el presupuesto lo construirían entre todos, y les anunció que el nombramiento de los famosos delegados del gobierno federal se haría en coordinación con ellos, "sin imposiciones". No creían lo que escuchaban. Aquellos mandatarios dispuestos a jugar en la pista del cambio político y la alternancia de gobierno, e incluso a ver acotado su poder local en un nuevo federalismo, se empezaron a mirar unos a otros, incrédulos, azorados, al ver cómo Fox empezó a tirar por la ventana el poder que los ciudadanos le habían confiado en la urnas. Uno de tantos despilfarros del "bono democrático" foxista. El resultado: muchos gobernadores -no todos, claro- se sintieron intocables, el Poder Ejecutivo de la Unión disminuyó su eficacia territorial, y los famosos delegados se nombraron en rebatingas partidistas. (También el gasto federal se autorizó con las prioridades y, en no pocos casos, caprichos y ocurrencias locales, sin ninguna vertebración nacional).

El triunfo de López Obrador quiere desandar ese camino, y restaurar, regenerar, una Presidencia eficiente y responsable en todo el territorio. Por eso Andrés Manuel nombró a 32...

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