Géronimo Gutiérrez F. / México y Estados Unidos

AutorGéronimo Gutiérrez F.

México y Estados Unidos (EUA) tienen mucho en juego en su relación bilateral. De ahí que estimemos conveniente promover que ésta siempre se distinga por un carácter institucional, que le permita trascender líneas político-partidistas y administraciones en ambos lados de la frontera. Asimismo, cualquier análisis objetivo de la relación bilateral -incluso de la propia política exterior estadounidense- debe partir del reconocimiento de que ese país no es necesariamente un actor unificado al proyectarse al exterior, debido a que su proceso de toma de decisiones es considerablemente abierto y producto de equilibrios entre órdenes y ramas de gobierno, así como de corrientes de pensamiento. Estas consideraciones cobran relevancia a la luz del reciente proceso electoral en EUA; y es precisamente desde esta óptica que el gobierno de México se mantuvo atento y estrictamente respetuoso de este proceso, y que permanentemente busca fortalecer, a través de los canales conducentes, su comunicación con diversos actores de ese país.

Partiendo de lo anterior, el resultado electoral en Estados Unidos permite las siguientes consideraciones. Primera, la reelección del presidente Bush facilita naturalmente la continuidad del diálogo y contactos establecidos a diversos niveles con la administración en funciones. Quizá el ejemplo más claro de esto es la reunión del próximo 9 de noviembre de la Comisión Binacional en la Ciudad de México, que representa una buena oportunidad para dar un mayor impulso a la agenda bilateral. Más aún, en los últimos años, la relación entre nuestros gobiernos ha madurado y alcanzado altos niveles de cooperación, entendimiento y amistad. Por otro lado, un Presidente en su segundo término y con mayorías en el Congreso goza, en principio, de mayor margen de maniobra en el proceso de formación de políticas públicas.

En todo caso, estas condiciones podrían calificarse como necesarias, mas no suficientes, para la buena marcha de los temas de interés para México. Podemos entonces apuntar tres grandes objetivos en la relación bilateral: avanzar la agenda migratoria en un contexto post-septiembre 11 de 2001, modernizar nuestra frontera común y dar los siguientes pasos en la integración económica de la región de América del Norte.

México y Estados Unidos encuentran en la migración el reto y la oportunidad principal de su relación bilateral, pues entre ambos existen asimetrías de desarrollo pronunciadas, junto con dinámicas poblacionales y...

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