La gestión de las emociones en el trabajo

La relación con los colaboradores en el trabajo es, sin duda, una relación emocional; trabajamos no sólo por la realización personal o el dinero, sino también por el aprecio a las personas, servimos a otros a los que valoramos y reconocemos. Cada vez más se reconoce la importancia de gestionar las emociones, especialmente desde el liderazgo, tal como lo reconoce Juan Carlos Guilarte, consultor organizacional y facilitador de desarrollo humano de la firma Aprendizaje Organizacional de Venezuela.

Explica que los líderes deben aprender a manejar su propio mundo emocional antes de poder influir positivamente sobre los demás. Hay emociones básicas que deben reconocer y trabajarlas como un recurso -sin evitarlas, negarlas o exacerbarlas- como el miedo o el enojo.

Un líder con temor no toma decisiones por miedo a las consecuencias; su inseguridad lo lleva a retrasar acciones, se siente presionado por el error y la posible desaprobación o rechazo. Cuando esta emoción no es reconocida se posponen las tareas detrás de la parálisis por análisis. El equipo de trabajo se desmotiva y pierde fe en su líder, que no cumple con las expectativas elementales de guiar al grupo.

El enojo es una energía que puede ayudar a construir o destruir, para gestionarla positivamente es necesario, no juzgarla como buena o mala sino trabajar con las ideas y mensajes que lo generan, hacer la traducción; por ejemplo, valorar el riesgo de actuar o no actuar y sus consecuencias. La tristeza, por otro lado, invita a detenerse y reflexionar sobre pérdidas. Las acciones pueden estar enfocadas a...

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