El gigante huyó de México

AutorMariana Fuentes

Atraído por la apertura incipiente del sector energético, Enron quiso invertir en México en 1998. Consiguió un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo por 142 millones de dólares y convenció a 45 clientes, entre ellos Vitro, IMSA y Cementos Apasco, de las bondades de su proyecto. Firmó contratos con Pemex y la Comisión Federal de Electricidad para que ambas empresas paraestatales le suministraran combustibles.

Enron no la había tenido fácil en México. Desde ese año, participó en la licitación de proyectos de alta envergadura, como la distribución de gas natural en el valle Cuautitlán-Texcoco, en la zona metropolitana del Distrito Federal, pero no obtuvo los contratos.

Finalmente, en 1999, Enron Energía Industrial de México obtuvo, por asignación directa, el contrato para edificar una planta de cogeneración de energía eléctrica en García, Nuevo León.

Pasaron los meses y el sueño comenzó a deshacerse. La mayor empresa energética del mundo tuvo problemas financiar su proyecto mexicano y seleccionar a un contratista. Solicitó prórrogas al gobierno. Y, apurado por su inminente quiebra, terminó traspasándolo a una empresa rival, en noviembre del año pasado.

Enron estaba llamado a construir la primera planta de capital 100 por ciento privado de cogeneración de energía del país, proyectada para entregar electricidad y vapor a tres de las industrias más grandes a nivel nacional, pero se quedó en el camino.

Pero no fue la única inversión que realizó en México. Desde 1998, el gigante texano buscó proyectos y socios mexicanos. Los encontró en uno de sus campos de desarrollo: el tratamiento del agua potable, con una de sus filiales, Azurix.

A través de esa empresa, invirtió más de 100 millones de dólares en tres años, y se convirtió en el concesionario de los servicios de agua potable de Cancún, León y Torreón, tres de los municipios más poblados del país.

Además, compró una compañía que presta servicios de mantenimiento de la red de agua potable para el gobierno del Distrito Federal.

Enron de México y Azurix ya no estarán en México. Los proyectos que ambas filiales de Enron Corporation están siendo ofertados al mejor postor. La planta en Nuevo León ya fue traspasada a Tractebel, una empresa con capitales belgas. Y las tratadoras de agua están en proceso de venta. Para junio de este año, ya no quedará rastro del gigante caído.

La historia de Enron en México está marcada por golpes de impacto y retiradas apresuradas.

La planta que Enron administraría está a punto de terminarse. Será la tercera más grande de México en el ramo, después de Energía Industrial Río Colorado y Compañía de Nitrógeno de Cantarell.

Con un préstamo de 136.5 millones de dólares que le otorgó el Banco Interamericano de Desarrollo, Enron inició el proyecto, en 1999, cuando obtuvo la autorización de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para construir una central eléctrica de cogeneración, con capacidad para generar hasta 284 Mega Watts. En la planta se instalarían 166 turbogeneradores de gas y 118 turbogeneradores de vapor. La inversión total sería de 142 millones de pesos.

De acuerdo con los planes originales, Enron se proveería a sí mismo y 42 asociados de electricidad y gas.

El proyecto tenía como origen el contrato que firmaron Enron y Grupo Vitro, en enero de 1999, para proveer de energía a 12 plantas de Vitro y vapor a Industrias de Alcali, una subsidiaria de la empresa neoleonesa, fabricante de cristal.

El contrato implicaba una asociación de 15 años. Vitro esperaba ahorrar 10 millones de pesos por año a través de ese contrato. En abril del siguiente año, IMSA también firmó un contrato con Enron por 15 años.

Esos contratos estuvieron originados en el esquema "self-supply" con el que otras empresas extranjeras llegaron al sector energético mexicano.

En el último trimestre del 2001, la empresa colapsó en Estados Unidos. La situación en México cambió dramáticamente. Conseguidas las prórrogas, su director en México dejó apresuradamente el cargo. Con todo, el proyecto su proyecto en Monterrey no se disolvió.

Un mes y medio antes de que fuera declarada en quiebra, Enron concretó el traspaso del proyecto, en un 80 por ciento, a la empresa de origen belga, Tractebel. Así cambiaba de dueño y con ello de nombre.

El sueño de Monterrey

Los planes de Enron Energía Industrial de México (EEIM) eran que su planta de cogeneración estuviera en funcionamiento en abril del 2002, pero una complicada serie de aplazamientos y prórrogas inexplicablemente frenaron la obra.

No fue lo único que cambió. Hasta hace un mes, las oficinas que EEIM habilitó en la avenida Lázaro Cárdenas 2321 en la colonia San Agustín Garza García en Nuevo León funcionaban normalmente. Ahora, todos los asuntos pendientes se atienden desde las oficinas en Houston.

EEIM contrató a Pemex para que le suministrara de gas natural y suscribió con la Comisión Federal de Electricidad convenios de energía de respaldo, transmisión e interconexión. Ambos contratos tienen vigencia de 15 años.

"El financiamiento del BID consiste en un préstamo por 45.5 millones de dólares de su capital ordinario y un préstamo sindicado por 91 millones de...

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