Gilberto Rincón Gallardo/ El tiempo de la intolerancia

AutorGilberto Rincón Gallardo

México ya tiene presupuesto federal para el año 2000. Después de un agitado debate en la Cámara de Diputados, se aprobó finalmente la asignación de 1 billón, 195 mil millones de pesos para cubrir los gastos de la gestión pública en este año que hoy se inicia. A la aprobación del presupuesto le habían precedido sendos desahogos de los proyectos de Ley de Ingresos y de Miscelánea Fiscal. Como ha venido sucediendo en los últimos años, el paquete económico federal se aprueba en el último momento y en medio de ataques y descalificaciones entre los representantes de los partidos políticos con representación parlamentaria.

Como se sabe, la propuesta de presupuesto del Ejecutivo, para ser aprobada, fue sometida a una serie de reasignaciones de gasto promovida fundamentalmente por el PRD y el PAN.

Estos partidos lograron la reasignación del gasto público para priorizar rubros de carácter social por una cantidad de 15 mil 500 millones de pesos (que obligará a una serie de recortes, todavía no determinados, en otros sectores de la administración federal), mientras que el PRI logró sacar avante la asignación de 34 mil 600 millones para el Instituto de Protección del Ahorro Bancario.

Visto en términos numéricos, el balance parece ser positivo para todos los grupos políticos intervinientes en esta decisión. Ni uno solo de los partidos mayores se siente derrotado en el debate presupuestal y, de hecho, todos ellos obtuvieron gran parte de lo que deseaban a este respecto. El PRD votó a favor en lo general el presupuesto porque se le había concedido, poco tiempo antes, un alto techo de endeudamiento para el Distrito Federal;el PRI concentró sus esfuerzos de cabildeo en el tema del IPAB y logró un resultado positivo para sus intereses, y el PAN, aunque no logró rebajar la asignación al IPAB ni imponerle restricciones políticas, se sintió vencedor al haber revertido en parte una propuesta tan importante del Ejecutivo.

Así las cosas, lo que resulta del todo discordante es el clima de intolerancia que privó en la Cámara de Diputados y en los debates partidistas mientras se discutían las posibles correcciones al proyecto presidencial de paquete económico. Sin saberlo, Vicente Fox acertó cuando dijo que el debate presupuestal se daba sobre una cantidad tan pequeña respecto del monto total que no ameritaba tanta discusión. No acertó cuando de allí derivaba un llamado a ceder ante el proyecto compartido por el PRD y el PAN y, mucho menos, al difamar a un grupo de...

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