GLOSAS MARGINALES / 'Agujeros fiscales' y otros espectros

AutorEverardo Elizondo

Francamente, no recuerdo cuándo leí o escuché por primera vez el término "tax expenditures" ("gastos fiscales", según se ha traducido al español). Probablemente fue en algún curso de finanzas públicas en la Universidad de Wisconsin, allá por el final de los sesentas. O quizá fue en la escuela de derecho de Harvard, al principio del decenio siguiente, donde Stanley S. Surrey era el campeón de la idea.

Fuere cuando haya sido, es muy frecuente encontrarse estos días el concepto en cuestión, sea en un discurso o en un artículo referente al debate sobre la reforma fiscal en México. Específicamente, el común de los comentaristas alude al tema adoptando un tono de lamento, usando la expresión como equivalente a "pérdida de recaudación". Concretamente, el nombre "gasto fiscal" se aplica a todas las deducciones, exenciones, tratos preferenciales, créditos, exclusiones, tasas reducidas, diferimientos, etc., que contienen los diversos ordenamientos tributarios. En una frase, se trata de "agujeros fiscales".

Los "agujeros" aludidos pueden criticarse desde muchos puntos de vista. Por ejemplo, lo más probable es que resulten en un deterioro de la equidad impositiva, sencillamente porque, por definición, favorecen a un "grupo de interés" particular. Y precisamente porque benefician en forma selectiva, constituyen una forma de poder político significativa... en manos de los legisladores. En contrapartida, los beneficiarios de los "agujeros" tienen un interés explicable en mantenerlos y aun en agrandarlos. En consecuencia, destinan al cabildeo recursos que podrían emplearse alternativamente en usos productivos.

Desde el punto de vista de la eficiencia económica, el "agujero" típico distorsiona los incentivos que enfrentan los agentes económicos, induciendo la canalización de recursos a sectores o actividades cuya rentabilidad ha sido aumentada artificialmente. En consecuencia, cabe pensar que reducen el crecimiento potencial de la economía.

Los comentarios anteriores no pretenden ignorar la posibilidad de que algunos "agujeros" sean, en realidad, formas más o menos afinadas de aliviar los defectos de un impuesto mal diseñado o mal administrado. (Todos los impuestos causan distorsiones). Aceptando dicha salvedad, creo que los señalamientos previos describen razonablemente la opinión de los...

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