GLOSAS MARGINALES / Finanzas públicas, peso y otras preocupaciones

AutorEverardo Elizondo

La reforma impositiva de 2014 tuvo como objetivo central "fortalecer las finanzas públicas".

De hecho, logró vigorizar los ingresos, pero no mejoró en absoluto la salud financiera del fisco. Específicamente, mientras que los ingresos tributarios crecieron 62 por ciento en términos reales entre 2012 y 2015, la deuda pública aumentó 10 puntos porcentuales del PIB; y crecerá dos más este año. Esto último explica la preocupación reciente de los analistas y de las agencias calificadoras al respecto, y justifica plenamente el encargo que el nuevo Secretario de Hacienda ha recibido de parte del Presidente: estabilizar el tamaño relativo de los pasivos. Se trata de una tarea particularmente difícil, por tres razones relativas al gasto: la "inercia"; los intereses creados; y, las presiones del cierre del sexenio. El Dr. Meade, probadamente competente, necesita mano firme en el timón y una gran dosis de buena suerte para surcar las aguas turbulentas en las que le ha tocado navegar.

La estabilización precisa, sin duda, de un recorte del gasto público. En este tema, ya lo sabemos, todos los receptores de las erogaciones juzgan que lo que reciben es absolutamente irreductible, so pena de algún daño terrible a la estructura económica y/o al tejido social. Sin embargo, el problema, entre otros, es que el saneamiento fiscal es indispensable para disminuir las presiones sobre el peso. Es curioso notar que, quienes critican las reducciones del gasto, son a menudo los mismos que lamentan el deterioro del peso en el mercado cambiario.

En ese contexto, algunos diputados, atentos siempre a su papel de representantes populares, han hecho públicas sus propuestas para duplicar el impuesto a las bebidas azucaradas, aumentar el gravamen sobre los cigarrillos y establecer un impuesto sobre las herencias. Los dos primeros intentan desalentar conductas nocivas para nuestra salud, que no cuidamos como el Gobierno sabe que debemos hacer. Los dos tributos son claramente regresivos, pero no hay duda de que resultan muy rendidores para el fisco. El otro, no sirve para mucho en lo que toca a la reducción de la desigualdad de la distribución del ingreso y la riqueza, y lo más probable es que perjudique al ahorro, a la...

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