GLOSAS MARGINALES / Opiniones sobre una apreciación (efímera)

AutorEverardo Elizondo

Hace poco, durante un par de días, varias noticias resultaron en una apreciación del peso mexicano. Ello generó dos tipos de comentarios, de signo opuesto.

Contento oficial

Por un lado, funcionarios del Gobierno federal leyeron la apreciación como una señal de confianza en las políticas económicas del régimen. Esta visión viene de la época en que el tipo de cambio era un precio fijo oficial, que se elevaba abruptamente cuando las torpezas económicas daban lugar a una crisis cambiaria. Frente a ello, las autoridades no tenían más remedio que aceptar una devaluación. De aquellos tiempos data una expresión lópez-portillista: "Presidente que devalúa, se devalúa".

La situación actual es distinta. Hace un cuarto de siglo que el peso "flota" prácticamente sin interferencia oficial. Las fluctuaciones del precio del dólar responden a los cambios en la oferta y la demanda de divisas, producto de las decisiones de millones de participantes en el mercado. Estas, a su vez, obedecen a muchos impulsores, algunos de los cuales son subjetivos.

Por ejemplo, el pasado día 19 de junio el Fed dejó inalterada su tasa de interés de referencia, pero modificó el tono del anuncio de su decisión. Los inversionistas lo interpretaron como un aviso de que la institución reducirá su tasa en el futuro próximo (¿julio?). Esto bajó el rendimiento esperado de los activos financieros en dólares, con respecto a los denominados en otras monedas. El dólar se debilitó, lo que se tradujo en una fortaleza momentánea del peso. Así pues, un evento de afuera, ajeno por completo al actuar del Gobierno mexicano, creó un movimiento cambiario "favorable", al menos a los ojos gubernamentales.

Por esos mismos días, el presidente del Banco Central Europeo planteó la posibilidad de una baja de la tasa de interés correspondiente. Esto motivó un tweet enojado del presidente Trump, alegando que ello vigorizaría al dólar frente al euro y dañaría la competitividad externa estadounidense.

El mercado cambiario es también un mercado político.

Descontento exportador

Por otro lado, a los exportadores mexicanos no les gustó la apreciación. (Salvo en sus compras de insumos extranjeros, y en sus pagos de deudas en dólares). A juicio de...

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