GLOSAS MARGINALES / Sinsabores de la profecía como ocupación

AutorEverardo Elizondo

Frente a hechos consumados, todos somos profetas acertados. Bueno, casi todos.

Hace no muchos meses, la opinión generalizada entre los analistas era que en 2017 la economía mexicana tendría una evolución bastante mediocre en cuanto a la actividad económica, mientras que la inflación repuntaría significativamente y el peso se depreciaría en forma importante. En aquel entonces, los números (digamos, estándar) eran los siguientes: crecimiento del PIB real, 1.5%; inflación a diciembre, 5.3%; tipo de cambio al final del año, $21.7. Estamos en junio y las perspectivas han cambiado notablemente. Las cifras (más o menos) comunes son ahora: crecimiento del PIB real, 2.0%; inflación a diciembre, 5.9%; tipo de cambio al final del año, $19.0.

¿Qué pasó? Que, como siempre, la realidad se encargó de dar un coscorrón a los adivinos (yours truly incuído), con varias "sorpresas": 1.-las exportaciones -tanto a Estados Unidos como a otras economías- sobrepasaron lo anticipado, y el consumo privado siguió creciendo; 2.- el alza de precios mostró más vigor y mayor dispersión que lo previsto; y, 3.- sobre todo, el peso presentó una fortaleza inesperada. Esto último es lo que más atención ha recibido, en particular a raíz de los resultados de las elecciones en el Estado de México.

Las causas alegadas de la apreciación del peso son muy variadas: el alza del precio del petróleo, la distensión de las relaciones comerciales con Estados Unidos, el avance en la corrección de las finanzas públicas, y -desde luego- la contracción del riesgo político asociado a la derrota de Morena. No parecen muy sólidas. Veamos.

-Hace menos de un mes, la cotización internacional del WTI llegó a cerca de 52 dólares por barril. Sin embargo, hacia el 8 de junio, se había desplomado a sólo 45 dólares. Un repunte efímero lo situó en un poco más de 46 dólares... pero volvió a caer. Los que saben (?) de esto no prevén un panorama positivo, por tres razones: el aumento de la producción en Estados Unidos, la acumulación de inventarios, y el temor de que el acuerdo de la OPEP no sea suficiente para drenar la sobreoferta.

-En cuanto a las perspectivas del comercio exterior con Estados Unidos, es cierto que las declaraciones de los principales funcionarios estadounidenses encargados de la negociación han sido menos amenazantes que las del presidente Trump. Pero, a juzgar por los resultados del...

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