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Goles, festejo...

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Vincent
AutorLuis Homero Echeverría

Repitieron concierto de goles, con diferente entonación. México volvió a golear 7-0 en el Azteca, ahora a Trinidad y Tobago, pero con un estilo de juego profundo, de toque vertical y por varios instantes vistoso, útil para regresar el golpe que los caribeños dieron en el primer partido, creando el marco ideal para el debut de Enrique Meza en partido oficial.

Los verdes se apropiaron de la cima del grupo eliminatorio, al empatar en 12 puntos a los trinitarios, pero con mejor diferencia de goleo, en un acto más para el orgullo, ya que ambas selecciones están amarradas para el hexagonal final de la Confederación del Futbol rumbo a la Copa del Mundo 2002.

Ayer, la partitura del nuevo director técnico se ejecutó de forma casi impecable, una calca de los movimientos practicados en la semana, con libertad para los despliegues de individualidad, pero un imperativo funcionamiento que alcanzó la armonía en el terreno.

Básicas resultaron las triangulaciones en los tres cuartos de cancha y ya en la zona de definición, mismas a las que invocaba Meza en sus declaraciones, porque abrieron por fin una cerradura caribeña que había estado intacta en toda esta fase semifinal y de un sólo jalón se llevó siete para la estadística.

El corredor izquierdo resultó determinante para los desbordes y la jugadas aéreas, pradera que comandaron Marco Antonio Ruiz y Cuauhtémoc Blanco en el primer tiempo. De ahí se gestaron las tres primeras acciones de gol.

Y el mismo esquema lo desarrollaron por derecha Pável Pardo y Miguel Zepeda, con similar resultado, para el mareo en el sector defensivo trinitario que ni con su doble muro pudo evitar.

Porque Trinidad no logró descararse a la ofensiva como en otros juegos. Nigel Perrie fue un solitario en la punta y Jerren Nixon no encontró facilidades a su gambeteo que procuró por el lado izquierdo. Los dos olvidados por el resto del equipo gastaron su energía en correr de un sector a otro, en intentos vanos por tapar la salida azteca.

Después de un susto por el disparo de Pierre al poste en el inicio, el Tricolor bajó el telón del peligro sobre su meta y con la concentración como bandera comenzó a tocar, a proteger el balón en la cintura y...

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