Gourmet por excelencia

AutorSarayd Luna

'Dime qué comes y te diré quién eres' es su frase. Él la dijo antes que nadie porque reflexionaba sobre lo que llevaba a su boca y siempre supo que la gastronomía es arte, ciencia y cultura.

Jean Anthelme Brillat-Savarin nació el 1 de abril de 1755 en Belley, Francia. El 2 de febrero de 1826 lo mató una gripa que adquirió tras ir a misa en la Basílica de Saint-Denis.

Sin embargo, no se fue sin dejar nada, meses antes había inaugurado, de manera anónima, la literatura gastronómica con el primer texto culinario que no era un recetario.

'Fisiología del gusto, o meditaciones de gastronomía trascendente; obra teórica, histórica y puesta al día, dedicada a los gastrónomos parisienses por un profesor, miembro de diversas sociedades literarias y científicas', era el nombre original de su obra.

Calificado como "la biblia de la gastronomía", contiene 30 meditaciones o capítulos que tratan de los sentidos (incluido el 'amor físico' como el sexto), el apetito, los alimentos, la gula, los médicos, la digestión, el sueño, los restaurantes... aunque nada de vinos.

Pero por su mezcla de sabiduría y humor, este libro es el de cabecera de cualquier interesado en la comida.

Casado sólo con la cocina

Brillat-Savarin aceptó la fortuna de su tía Savarin, a cambio de usar su nombre. Fue el mayor de ocho hermanos y de joven descubrió su gusto por la cocina, oficio en el que su madre, Claudine Aurore, era erudita.

Estudió leyes en Dijon, fue diputado para la asamblea nacional, presidente de la corte civil de Ain y comandante de la guardia nacional.

En 1792 tuvo que huir de su país ya que el tribunal revolucionario lo consideró ligado a las fuerzas conservadoras. Vivió casi tres años en Estados Unidos enseñando francés y como violinista en la orquesta de John Street Theater de Nueva York.

A sus nuevos amigos los invitaba a cenar platos exquisitos y, con base a sus comentarios o reacciones, decidía si eran dignos de una segunda invitación.

Para 1797 pudo volver a Francia donde estuvo como consejero de la corte suprema de apelaciones, hasta su último día.

Brillat-Savarin era vigoroso, alto, de movimientos lentos y soltero. Redactó tratados sobre economía e historia y un ensayo sobre el duelo. Le interesaba la arqueología, la astronomía y la química, tanto como cenar en restaurantes de la época: el Gran Véfour, el Véry, el Beauvilliers o el Tortoni.

Actualmente, cocineros de todo el mundo preparan el pastel Savarin en honor del gourmet que dijo: "El descubrimiento de...

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