Grabado en la memoria

AutorBrenda Díaz Alva

A un siglo de la muerte de José Guadalupe Posada, el Museo Nacional de Arte te trae más de 280 piezas del famoso ilustrador y litógrafo, que incluye volantes noticiosos, estampas religiosas y otros grabados que fortalecieron el imaginario popular mexicano e influyeron en diversos artistas de su época y figuras contemporáneas, de quienes también se exhibe su obra.

A finales del siglo 19, volantes con ilustraciones que relataban algún suceso importante, un terrible crimen o cualquier curiosidad eran distribuidos por las calles y mercados de la Ciudad de México. Hacerse de uno costaba tan sólo unos centavos, y tan fácil como se adquirían, se desechaban.

Poco imaginaba la población de ese entonces que tenía entre sus manos el trabajo de un artista que tiempo después sería reconocido como uno de los más grandes exponentes del arte popular mexicano, y cuya influencia rebasaría los 100 años: José Guadalupe Posada.

"En sus inicios, Posada trabajaba para un público que tenía una información efímera, incluso los materiales con los que se producían los trabajos en donde él contribuía tenían un costo muy bajo, la gente no se volvía loca por coleccionarlos, simplemente se reía un poco, leía algo y luego eso muchas veces terminaba en la basura".

"Lo interesante es cómo esto contenía potencialmente valores históricos culturales, y posteriormente en otras esferas distintas los receptores se ocuparon de extraerlos", explica Adolfo Mantilla, curador de José Guadalupe Posada. Transmisor.

Como lo dice su nombre, la exhibición -a inaugurarse el 15 de marzo en el Museo Nacional de Arte (MUNAL)- permitirá comprender cómo Posada pasó de ser un comunicador a convertirse en un transmisor, es decir, cómo fue el proceso que lo llevó de producir para un consumo inmediato a trascender el tiempo con su obra.

La exhibición se compone de más de 280 piezas, y el recorrido comienza por una selección del trabajo de este ilustrador y grabador, incluyendo sus primeras ilustraciones para el diario satírico "El Jicote" en 1871, además de su colaboración en la prensa de a centavo, dirigida a la clase obrera.

Una de las noticias que este grabador inmortalizó con su trabajo, y en la que hay que poner atención en la expo, es sobre el juicio realizado contra uno de los bandoleros más temidos de la época en la Ciudad: "El Tigre de Santa Julia".

También se muestra el trabajo que elaboró para la imprenta de Antonio Vanegas Arroyo, para la cual ilustró desde volantes y estampas religiosas...

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