Graco Ramírez Garrido/ El pantano

AutorGraco Ramírez Garrido

Una vez que se conocen en el PRI los resultados de la contienda interna para elegir a sus dirigentes se confirma que ese partido está dividido y fracturado, comienza sin duda una nueva etapa de su ya prolongada crisis. Las cifras de la votación apuntan a que la fórmula encabezada por Roberto Madrazo asumirá la conducción de ese instituto político. De consolidarse dicha tendencia se podría concluir que ese partido entrará en la lógica de la revancha, por supuesto que en esas condiciones se ratifica que nada aportará al proceso democrático.

Roberto Madrazo arribará a la dirigencia del PRI confirmando que su actuación política está inmersa en métodos antidemocráticos y fraudulentos. El tabasqueño es la antítesis de lo que fuera su padre, el licenciado Carlos Madrazo Becerra, quien salió del PRI porque no tuvo cabida su propuesta democratizadora. Sigue prevaleciendo la duda de que su desaparición obedeció a una decisión del Estado, una vez que éste convocaba a la constitución del partido Patria Nueva. En cambio, su hijo Roberto se distingue por la eficacia de sus métodos para la defraudación electoral. Carlos Salinas lo premió con la gubernatura en Tabasco una vez que en Michoacán, en 1992, implementó tremendo fraude contra el PRD, fue el encargado de evitar que se confirmara la voluntad ciudadana a favor de Cristóbal Arias. En Tabasco como presidente del PRI, como candidato a gobernador, como responsable del Ejecutivo local y como ex gobernador mantuvo su supremacía sobre la base de una evidente estrategia electoral fundada en el ataque, la descalificación artera en los medios y en el montaje de una estructura electoral que funciona fraudulentamente para evitar la derrota. La experiencia tabasqueña acredita la eficacia de los operadores de Madrazo. Si el PRD tenía una mayor votación para ganarle al PRI, éste mediante la ingeniería electoral y el fraude cibernético se coloca de dos a tres puntos arriba.

Esa misma medicina le recetó a sus correligionarios en la elección interna. El proceso electoral del PRI comenzó en Chiapas rellenando urnas un día antes de la votación. La noche del día 24, Beatriz Paredes tenía unos puntos de ventaja sobre su adversario, en la madrugada del 25 comenzó el ejercicio madracista, que es timbre de orgullo de su eficaz equipo. La reserva electoral la constituyeron los estados de Tabasco y Oaxaca. Los resultados de las casillas de esas dos entidades fueron fluyendo y creciendo según las necesidades porcentuales para...

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