Grandes éxitos... y berrinches

AutorAlberto Castillo

REFORMA/Enviado

NUEVA YORK.- La semana pasada, Lenny Kravitz eligió su ciudad natal para presentar a la prensa internacional un adelanto de su álbum Greatest Hits, pero no lo hizo en sus días de mejor humor, pues además de quedar insatisfecho con el concierto que ofreció en un bar de la Sexta Avenida, canceló entrevistas con periodistas que viajaron para hablar con él desde países como México y España.

Kravitz ha declarado más de una vez que no se considera un rock star, sólo un músico dedicado, sin embargo, esta vez escogió mostrar que, como la celebridad mundial que es al fin y al cabo, la última semana de septiembre se levantó de la cama con ganas de cambiar intempestivamente los planes de los ejecutivos de su disquera.

Buscando casa

Actual habitante de Miami, el admirador de Hendrix, Lennon y Prince aprovechó su estancia en la Gran Manzana para adquirir un apartamento, según reveló un integrante de su equipo de trabajo, pero un compromiso le impedía recorrer la ciudad para escoger alguno, pues había que despachar, desde las 9:00 horas del miércoles 28 de septiembre, entrevistas para radio, televisión y prensa de naciones como Gran Bretaña, Alemania, Francia, Estados Unidos y Brasil.

Cuando el reloj del Tribeca Grand Hotel de la Avenida de las Américas marcaba las 14:00 horas, Lenny envió, desde su habitación, un mensaje a quienes esperaban su turno, entre ellos reporteros mexicanos y españoles.

"Lenny ha contestado decenas de preguntas desde temprano y como mañana es el concierto, quiere cuidarse la garganta, ya ha comenzado a sentirse mal. Podríamos pensar en que pudieran platicar con él en cuanto termine el showcase, pero es casi imposible.

"Lo sentimos mucho, pero las entrevistas se posponen para el viernes", se disculparon sus agobiados voceros, quienes, poco después, hicieron la oferta de acompañar a Kravitz en su limosina durante el trayecto a un apartamento que le ofrecieron en otro extremo de la ciudad, pero todo se esfumó 10 minutos después.

Los ejecutivos de la discográfica subieron y bajaron de la habitación de Leonard Albert Kravitz una y otra vez, pero su último descenso fue para traer malas noticias al restaurante del hotel.

"No, Lenny ya no quiere hacer nada hoy, por lo de su garganta, saben.... ¿No quieren tomar más jugo de naranja?".

Huida en limosina

La noche del jueves 29, el Limelight, una antigua iglesia de estilo gótico convertida en bar y espacio de conciertos a principios de los años 90, recibió poco más de mil...

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