Guadalupe Loaeza / El chalet

AutorGuadalupe Loaeza

En la vida hay citas ineludibles; lo que nunca me imaginé es que yo tenía una con Juana Cata en su casa conocida como el chalet por todos los lugareños de Tehuantepec. He de decir que tenía conocimiento de esta extraordinaria mansión ya que, cuando escribí mi charla de café con Porfirio Díaz, en la entrevista imaginaria le pregunté al ex Presidente si era cierto lo que se decía a propósito de este inmueble inspirado en el Castillo de Chapultepec. "¿Es cierto que usted le regaló el chalet como prueba de su amor?", a lo que me contestó: "Eso dicen...". Nunca sabremos si en efecto el dictador se la regaló o bien le facilitó todos los medios para que ella contratara a ingenieros ingleses, los mismos que estaban construyendo las vías del tren, para que la edificaran.

Era cerca del mediodía cuando Enrique y yo empezamos a atravesar el pequeño mercado; había puestos de todo: camarones, tomates, cebollas, chiles... con sus marchantas vestidas como tehuanas, de mil colores. Parecía un tianguis de finales del siglo XIX. El tumulto y el barullo eran ensordecedores. Después de caminar por entre los puestos, apareció ante nuestros ojos, como si fuera un espejismo, una enorme casa estilo neoclásico. Lo primero que me llamó la atención era que se encontraba materialmente en medio del mercado, a un metro de las vías del tren. Es decir que la banqueta estaba invadida de vendedores ambulantes, los cuales impedían el paso para llegar a la reja de hierro forjado. La escena parecía un sueño fantasmal. Estaba perpleja, creía que lo que miraban mis ojos era una alucinación. Lo más llamativo de todo era el deterioro de la fachada, parecía que no había sido tocada desde que Juana Cata cerró la puerta del chalet por última vez. Las cúpulas de las cuatro torres hacían que la casa se viera aún más misteriosa. En la entrada ya nos esperaba el diputado por Tehuantepec, Martín Vázquez Villanueva, y Nadia, su esposa. También un grupo de personas originarias del istmo que llevan años esperando el rescate de esta casa histórica.

Víctor Edgar Morales, responsable de la casa, nos abrió la puerta de la entrada, y tuve la sensación de que atrás de él estaba Juana Cata esperando para mostrarme ella misma su suntuosa mansión. En cada uno de los rincones se veían los estragos del tiempo, no obstante todo el mobiliario francés, los candiles art déco y alguno que otro objeto evocaban el antiguo lujo y refinamiento de la dueña. "Mire, señora, todo lo que está aquí es original. Está...

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