Guadalupe Loaeza / 'Free Melania'

AutorGuadalupe Loaeza

Una de las pancartas que más me llamaron la atención durante la marcha de mujeres en Washington fue en la que se leía: "Free Melania". Caminando sin parar entre miles de mujeres que no dejaban de gritar contra la discriminación de género especialmente por parte de Trump, me topé con ella en repetidas ocasiones. No hay duda, la percepción de la opinión pública de la flamante primera dama de Estados Unidos y tercera esposa del Presidente es que vive dentro de una jaula de oro pendiente del "porche" de la Casa Blanca y que no es libre. ¿Acaso no se veía Melania particularmente compungida en el momento en que el tirano de su marido juraba como Presidente? Durante el evento, en ningún momento se le vio sonreír de verdad, ni en el baile presidencial ni mucho menos en la recepción que se dio después del baile inaugural. En suma, sus expresiones eran de miedo, de tristeza o hasta de rabia. Algo me dice que Melania Knauss (su nombre de modelo) guarda muchos secretos.

"Si sufriera un terrible accidente de coche su marido no la abandonaría, siempre y cuando sus pechos resultaran intactos", empieza diciendo el reportaje de Julia Ioffe, de la revista Vanity Fair, en cuya portada, aparece Melania Trump de 46 años, frente a un plato sopero lleno de joyas y del cual, la ex modelo, enreda en un tenedor una cadena de brillantes como si se tratara de un spaguetti. Hay que decir que el ejemplar de febrero de la revista ha causado mucha indignación entre líderes de opinión y redes sociales, aduciendo que se trata de una gran insensibilidad por parte de la editorial. El contenido de la entrevista (de seis planas), titulada "El secreto de Melania", habla de cómo conoció a su marido, de su boda, de sus padres, pero sobre todo de su vida pasada en Eslovenia. "Sevnica, el pueblo ferroviario en el que nació Melanija Knavs (su nombre de nacimiento) en 1970, queda a una hora en coche de la capital eslovena. Aunque muchas personas sufrieron privaciones en la época comunista, los Knavs vivían bien. Amalija Ulcnik, su madre, creaba patrones en una fábrica de ropa infantil y conoció a Viktor Knavs en 1966, cuando éste ejercía de chofer del alcalde de un pueblo cercano". Al leer lo anterior no pude evitar evocar a la reina de España, cuyo abuelo también era chofer, pero de un taxi. De alguna manera, tanto Melania como Letizia tienen...

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