Guadalupe Loaeza / Mi padrino

AutorGuadalupe Loaeza

Querido padrino:

Hace diez años te fuiste para siempre y yo, que te creía inmortal. Como Juárez, tú tampoco debiste de haber muerto nunca. No, jamás nos imaginamos la falta que nos harías. Evocarte es como si rememoráramos nuestra identidad en diferentes etapas de nuestra vida; es como si hojeáramos todos los periódicos nacionales desde que te descubrimos allá por la década de los sesenta y es como si releyéramos todas las páginas de tus libros desde "Días de guardar" (1970), hasta el último: "Apocalipstick" (2009). Inútil decirte, mi querido padrino, que al partir para nunca más volver nos dejaste huérfanos, solos, pero sobre todo, muy desamparados, especialmente en estos momentos de tantas incertidumbres y con una terrible pandemia llamada Covid-19, un virus agresivo que ha matado a más de 20 mil mexicanos, y más de 470 mil víctimas fatales en el todo el mundo. De allí que nos encontremos confinados desde hace más de tres meses. Te imaginas no poder salir ni a la esquina y si lo hacemos, debemos ponernos cubrebocas, anteojos, guantes y respetar la "sana distancia". Nada de besos, como los que describe Agustín Lara, en su canción "Aventurera"; nada de bailar de "cachetito" como bailaba, "Tin Tan" con Flor Silvestre y menos arrumacos y abrazos, como los que daba Susanito Peñafiel (Joaquín Pardavé) en la película, "Club de Señoritas". Si a todo lo anterior le agregas una terrible crisis política, económica y social, con la que debe enfrentarse nuestro Presidente, tu eterno candidato, Andrés López Obrador, créeme, padrino, que "Nuestra Suave Patria", la de López Velarde, vive en estos días de milagro.

Te he de decir que nada me enorgullece más que seas mi padrino. Lo fuiste en mis primeros programas de radio y de televisión en los años ochenta; fuiste el presentador de mi primer libro, mi testigo en mi segundo matrimonio; igualmente fuiste mi confidente cuando vivía el desamor; mi maestro y mi eterno héroe que jamás me defraudó. Gracias a ti conocí al que es ahora mi gran amigo Pável Granados, director de la Fonoteca. "Te va a ayudar mucho", me dijiste cuando te enteraste que estaba escribiendo la biografía de Agustín Lara. Juntos la escribimos y se llamó "Mi novia, la tristeza". También juntos, imaginamos los últimos días de Amado Nervo, "La última...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR