Guadalupe Loaeza / El Samurai

AutorGuadalupe Loaeza

Pedro Vargas fue uno de los trece hijos de un matrimonio muy humilde pero muy trabajador. Su padre nació cerca de San Miguel de Allende en una hacienda de Buenavista, que pertenece a Querétaro; eran campesinos, "no sabían leer eran de lo más pobre que puede haber en la vida", le dijo el Samurai de la canción (los samurais se hacen el harakiri con una sonrisa, y él al cantar, decían que no se le notaba que hacía ningún esfuerzo, ni una sola vena de su cuello se le saltaba...) a Elena Poniatowska. Más adelante en la entrevista le cuenta: "Entre mis hermanos hay un sacerdote, un franciscano, porque nací de una familia católica, como lo son todos los mexicanos humildes, y yo he seguido asistiendo a la iglesia; no he pensado nunca, ni en sueños, dejar mi religión".

Afortunadamente, su religión nunca lo abandonó, al morir el 30 de octubre de 1989, El tenor de las Américas, por iniciativa del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez y con la aceptación de la Curia Mexicana, el tumultuoso adiós al artista por el Pueblo de México se efectuó en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en una misa de cuerpo presente a los pies de la Virgen. Pedro Vargas ha sido el único artista mexicano que ha tenido ese gran privilegio.

Pedro Vargas y Agustín Lara fueron, además de compadres, amigos muy cercanos. Nada le gustaba más a don Pedro que interpretar las canciones del compositor veracruzano. Juntos cantaron, especialmente en los años treinta y cuarenta en muchos cabarets: El Retiro, El Patio, El Ciro's del Hotel Reforma, en la época de Blumenthal. Entonces entre su público estaban Rita Hayworth, Errol Flynn, Orson Welles y Johnny Weissmuller, entre muchas personalidades. Hoy en Madrid, cerca del Palacio de la Zarzuela, en el Barrio de Lavapiés, se encuentra ubicado el Busto de Agustín Lara y en el Parque del Retiro está el de Pedro Vargas. También en La Habana enfrente del Morro en la zona que se conoce como San Francisco, están juntos los dos bustos de Lara y Vargas, donde desembarcaron por primera vez en 1933.

En la década de los cuarenta el presidente Roosevelt quería escuchar cantar a Pedro Vargas, la canción más famosa de Lara, Granada. Lo invitó a la Casa Blanca, en donde fue presentado por Bob Hope. Al término del evento se acercó el presidente de Estados Unidos y le preguntó a don Pedro, ¿cuánto serían sus honorarios? A lo que el cantante...

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