Guanajuato: más allá de los clásicos

AutorREFORMA / Staff

El noreste de Guanajuato no se encuentra entre los más vistosos ni sonados destinos turísticos nacionales; de hecho, si se piensa un poco, es difícil repasar de memoria otros lugares del estado, además de las famosas ciudades de Guanajuato y San Miguel de Allende.

La región, sin embargo, empieza a consolidarse y reconocerse como un lugar con potencial turístico: sitios para practicar parapente y ver cactáceas gigantes, temazcales y espléndidas parroquias son algunas de las opciones que se ofrecen a quien visita esta zona del País.

El punto de partida

Separada de la Ciudad de México por 252 kilómetros, de San Miguel de Allende por 62 kilómetros y de Querétaro por apenas 52 kilómetros, San José de Iturbide, con su media docena de hoteles y otro tanto de restaurantes, se ha convertido en la puerta de entrada al incipiente desarrollo turístico del noreste de Guanajuato.

La ciudad fue fundada el 5 febrero de 1754 como vicaría para las rancherías que la rodeaban y aún goza de ese viejo aire de pueblo del Bajío con polvaredas, hojarasca y un centro histórico de domingos bulliciosos. En el centro de la ciudad se encuentra la Parroquia de San José, una de las pocas obras religiosas de finales del siglo 19 en México -según Miguel Ferro, cronista de la ciudad- y de tamaño y aspecto suficientemente monumentales para ocupar una plaza central en Roma. La visita de este contrastante inmueble, aunque sea apresurada, garantiza asombrar a los espectadores.

Al visitar la Parroquia también es obligación pasar a la paletería Charca, a un lado, para probar las paletas de piñón o de guamisha, un fruto de las cactáceas de la región, favorito de los lugareños.

Agárrate fuerte

El atractivo turístico de la zona se encuentra fuera de la ciudad, distribuido en diversos lugares y actividades a menos de 30 minutos de distancia de los hoteles de San José de Iturbide.

Así, 15 minutos sobre la carretera San José de Iturbide-Tierra Blanca llevan al centro vacacional de El Salto, parada fundamental cuando se visitan estos rumbos. El camino a El Salto es de largas extensiones de pirules interrumpidas sólo por melancólicos pueblos como el de Santa Catarina, El Panalito y Carbajal.

El centro vacacional se encuentra a 2 mil 233 metros de altura sobre el nivel del mar en unas colinas que dominan el valle en el que corren cascadas y se ven pasar los automóviles en la cercana carretera. El paisaje por sí mismo bien vale la visita a El Salto, pero como añadidura existe la posibilidad...

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