Guerra civil en Morena

AutorZedryk Raziel

Enfrascada en una disputa cupular por el control de los recursos y de las listas de candidaturas electorales, la dirigencia de Morena descuidó su estructura política en los estados, donde el partido también atraviesa reyertas internas o de plano está desmantelado.

A pocos meses de que inicie el proceso de las elecciones federales intermedias, las más grandes de la historia, el partido en el Gobierno aún no ha formado Comités Ejecutivos Estatales (CEE) en Durango, Jalisco, Sinaloa, Quintana Roo y Tlaxcala.

Los desacuerdos entre grupos locales de morenistas, o entre éstos y la secretaria general Yeidckol Polevnsky, han impedido en esos estados la celebración de asambleas distritales que den paso a la conformación de las dos máximas autoridades del partido, los Consejos Estatales y los Comités Ejecutivos.

La falta de estructura ya le cobró factura al partido en elecciones anteriores, pues en dichas entidades, ya sea el Ejecutivo estatal, el Legislativo o la mayoría de los Ayuntamientos son controlados por la Oposición.

Por ejemplo: en Durango, gobernado por el PAN, Morena tiene control en 2 de 39 Ayuntamientos y en 10 de 25 curules del Congreso; en Sinaloa, que controla el PRI, si bien Morena tiene mayoría en el Legislativo, sólo gobierna en 7 de 18 municipios.

En Jalisco, su influencia es mínima ante la hegemonía absoluta de Movimiento Ciudadano, que controla el Ejecutivo estatal, el Legislativo y los Ayuntamientos: Morena tiene 6 de 38 curules en el Congreso y 8 de 125 Ayuntamientos (sólo MC gobierna 48, y el PAN, 31).

En Quintana Roo, que gobierna una alianza PAN-PRD, sólo 3 de los 11 Ayuntamientos son morenistas; en el Legislativo es el grupo parlamentario mayoritario, con 9 de 26 posiciones.

En Tlaxcala, con Administración priista, Morena no tiene control de ninguno de los 50 municipios, si bien tiene mayoría en el Congreso estatal.

En estos cinco estados adversos a Morena las riendas del partido han sido tomadas por "delegados en funciones de presidentes" locales, algunos de ellos cobijados por Polevnsky, otros en abierto enfrentamiento con ella.

"No se platica, no se conversa y se quiere imponer de manera vertical desde el CEN, sin escuchar motivos o razones de las dirigencias locales, y eso genera rechazo", afirma Alfonso Ramírez Cuéllar, quien fue electo presidente del partido en un Congreso Nacional Extraordinario el 26 de enero y está a la espera de que las autoridades electorales validen su nombramiento.

La vía para destrabar los conflictos en los estados sin estructura es convocar a procesos electivos internos, los cuales se han aplazado a consecuencia del pleito entre los órganos directivos nacionales: el CEN, disputado entre dos presuntos presidentes; el Consejo Nacional, controlado por Bertha Luján, y la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, que ha dejado de ser imparcial y se ha cargado a favor de esta última.

Luján, presidenta del Consejo Nacional, afirma que, si las autoridades electorales reconocen a Ramírez Cuéllar como presidente del partido, serán convocadas elecciones internas estatales de manera urgente.

"Este proceso ordinario que debe iniciarse pronto lo que pretende es precisamente renovar todas estas estructuras, las que están y las que faltan", señala en entrevista.

Afirma que los "delegados en funciones" que estaban en cargos del partido a nivel local perdieron...

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