Guerra y tortura: La pacificación imposible

AutorGianni Vattimo

Ahora las guerras en Iraq, y en Palestina, y en Afganistán, han devenido verdaderamente infinitas, tal y como George Bush había profetizado y deseado desde el inicio. Las escenas de tortura que se han observado en las tantas fotos-recuerdo publicadas (y el mismo Pentágono advierte que no son las peores, otras mucho más horripilantes deberán aún ser publicadas, ¡quizá no sólo del año pasado!) tendrán el mismo efecto que las imágenes de los campos de exterminio descubiertos en abril de 1945 tuvieron entonces en la opinión pública del mundo.

Con el ejército que ha perpetrado estos delitos no existe pacificación posible, al menos hasta cuando los jerarcas de la potencia ocupante no sean procesados en un nuevo Nuremberg. Sin embargo, por lo que se observa, es poco probable.

Hasta entonces, la guerra no terminará, ninguno creerá que este ejército torturador y sus jefes, hasta llegar al jefe supremo, puedan realmente restablecer la paz en Iraq y llevarles la democracia o algún régimen por lo menos humano.

No es una evaluación ideológica, es un hecho empírico; sólo una información -como la nuestra, aquí, en el "civil" Occidente- supermanipulada y narcotizada, a duras penas despierta, para poco, por las fotos de la tortura, podría aún confiarse en una dirigencia política, como la estadounidense, que sabiendo desde hace meses (¿solamente?) lo que estaba sucediendo en las cárceles militares iraquíes no ha cambiado ni siquiera a uno de los jefes de los cuales todo ello dependía. La fábula de la exportación de la democracia, poco creíble a causa de los bombardeos que debieron realizar, se revela ahora en toda su trágica obscenidad.

Por consiguiente, ¿qué sentido tiene todavía esperar hasta el 30 de junio para que los estadounidenses transfieran el poder a un gobierno iraquí "democrático" (por lo mucho encontrarán a un Quisling) a través de las buenas oficinas de las Naciones Unidas? Permanecer en Iraq en estas condiciones, también un solo minuto de más, querrá decir solamente ayudar a los torturadores para que continúen su obra, o bien, en el mejor de los casos, al observar una verdadera revuelta de los ocupados, ayudarlos a defenderse de la sacrosanta venganza popular. O permanecer para evitar que Iraq se precipite en una guerra...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR