Guillermina Bravo: su legado en riesgo

AutorErika P. Bucio

Hoy, cuando se cumple el centenario del natalicio de Guillermina Bravo, el Centro Nacional de Danza Contemporánea (Cenadac), fundado por la coreógrafa en Querétaro, sobrevive con las arcas vacías.

La estrechez económica que arrastra se vio agravada por la pandemia de Covid-19 al verse recortadas sus fuentes de ingresos.

De acuerdo con su director, Orlando Scheker, el Cenadac, donde se forman bailarines y coreógrafos profesionales, recibe 900 mil pesos anuales del Gobierno queretano, dinero que no alcanza para cubrir todas sus necesidades.

Debido a la pandemia no han podido allegarse más recursos por la renta de sus instalaciones o por colegiaturas debido a la deserción escolar; se han ido unos 15 alumnos de una matrícula de poco más de 60 y se han cancelado cursos vespertinos.

Adicional a lo que otorga Querétaro, el Cenadac debe reunir otros 2.5 millones de pesos anuales para completar un austero presupuesto.

Vía telefónica, Scheker acusa la gravedad de la situación actual del centro fundado en 1991 por Bravo para impartir estudios con nivel licenciatura de ejecutante de danza contemporánea, coreografía, docencia, investigación y producción teatral.

"Ya no hay dinero para terminar el año", dice. "A lo mejor hay para la próxima quincena".

Además, arrastra adeudos de una parte del aguinaldo de 2019 a una parte del personal.

Un respiro podría significar la entrega de un apoyo extraordinario por 500 mil pesos, comprometido por la Secretaría de Educación de Querétaro para poder terminar el año.

La crisis que persigue al Cenadac se refleja en pagos bajos a quienes imparten clases y el deterioro de sus instalaciones, dadas en comodato por el Gobierno, al no poder darles apropiado mantenimiento. "Ha sido un año difícil", acepta Scheker.

El INBA paga el sueldo de sólo dos de los 28 maestros y se han perdido plazas.

Además, el Cenadac dejó de recibir en 2009 el subsidio del Instituto por un millón de pesos durante la gestión de Teresa Vicencio. Pero su director se propone que, contra viento y marea, la escuela siga.

"Con todo y pandemia, vamos a seguir".

Scheker lamenta que no haya interés por las autoridades federales de Cultura por el acervo de Bravo resguardado por el Cenadac.

Preocupado por resolver las necesidades apremiantes de la escuela, se resguarda el acervo de Bravo lo mejor posible: fotografías, video y programas de mano, vestuario, escenografías y un telón de Rufino Tamayo.

Y acusa desinterés de las autoridades para catalogarlo.

Cuando...

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