Me hubiera gustado ser músico.- Riding

AutorDora Luz Haw

Cantar el rol de Giorgio Germont en La Traviata con Renee Fleming como Violetta y Rolando Villazón como Alfredo, es uno de los sueños del periodista Alan Riding (Brasil 1943).

Aunque ha dedicado 42 años de su vida a ejercer el oficio como corresponsal en América Latina y Europa, confiesa que le hubiera gustado estar relacionado con la música.

"Podría haber sido político si tuviera un solo país con el que me identificara, pero más que todo, me hubiera gustado ser músico. Me faltó el talento", lamenta el autor del polémico best seller Vecinos Distantes. Un retrato de los mexicanos (1985), texto crítico sobre la corrupción en México, que escribiera tras ser corresponsal en el País desde los años 70.

Jamás se para en los escenarios para ofrecer recitales como le hubiera gustado, pero lo hace cotidianamente como amante del arte y como experto al desempeñarse, desde hace 13 años, como responsable para asuntos culturales en Europa de The New York Times.

"Me encanta el teatro y la ópera porque son artes del instante: se levanta el telón y los momentos que siguen jamás se van a repetir. No se puede describir en palabras como era ver a Laurence Olivier como Otelo o oír a Maria Callas como Norma. Estabas o no estabas.

"Lo mismo he sentido en el ballet, cuando Sylvie Guillen aparece sobre el escenario. Su sola presencia produce un choque de electricidad. Lo que que me apasiona es lo que me apasiona, es decir, el arte que me toca el corazón más que la cabeza", asegura.

Riding está en México para participar hoy en el Homenaje Nacional a Carlos Fuentes. Durante 20 años cubrió política en América Latina, ámbito en el que su trabajo podía ser "original" y hasta influyente, pero luego en Europa, donde todos tienen acceso a la misma información, la política le resultó "mucho más aburrida", así que dió un giro a su cobertura.

La cultura era un campo nuevo para él y pensaba que al ser reportero podría fungir como un puente entre la cultura y el lector.

"Sentía que el periodismo cultural, o era muy Britney Spears popular, obsesionado por las vidas personales de estrellas de cine y rock, o era muy Stockhausen elitista, con críticos hablando uno al otro como si el público no les importara.

"El desafío del periodismo cultural es estimular el interés del público por arte que, por decirlo de alguna manera, nos mejora a todos", considera.

Desde Europa, la cultura de América Latina y específicamente la de México, se ve poco. Lo que más se difunde es la literatura...

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